MADRID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
El destacado clérigo chií iraquí Muqtada al Sadr ha amenazado con presentar la dimisión en bloque de todos sus parlamentarios ante el bloqueo político para formar gobierno tras las elecciones legislativas celebradas en octubre de 2021.
Al Sadr ha afirmado que podría anunciar esta decisión "en los próximos días" y ha reclamado a sus parlamentarios que "preparen sus papeles de dimisión" para entregarlos al presidente del Parlamento "durante los próximos días", ante sus infructuosos esfuerzos de destrabar el estancamiento político.
"Estamos intentando llevar a cabo una reforma y no apoyaremos a personas corruptas", ha explicado, al tiempo que ha incidido en que "la única solución es un gobierno de mayoría nacional", según ha recogido la cadena de televisión kurda Rudaw.
Los intentos de Al Sadr de formar gobierno han hecho frente al bloqueo por parte de una coalición de partidos y milicias proiraníes con los que el clérigo rechazó en mayo alcanzar una alianza. Así, llegó a pedir a los parlamentarios independientes que intentaran ensamblar el nuevo Ejecutivo.
Los partidos proiraníes y sus aliados han estado bloqueando las sesiones parlamentarias para evitar que el bloque liderado por el clérigo chií, Sayirún, y sus aliados puedan generar un bloque mayoritario, impidiendo de forma efectiva la formación de un Ejecutivo que no cuente con su apoyo.
Estos partidos expresaron su rechazo a los resultados electorales tras un duro varapalo en las urnas e incluso los apelaron, si bien el Tribunal Supremo de Irak los ratificó a finales de diciembre. Desde entonces las tensiones políticas han repuntado y el Parlamento ha sido incapaz de celebrar sesiones con regularidad.
Las parlamentarias, de carácter anticipado, fueron convocadas tras la grave crisis política en la que se vio sumido el país tras las masivas movilizaciones registradas en 2019, que forzaron la dimisión del Gobierno y la aprobación de una nueva legislación electoral.
Las protestas, que estallaron en octubre de 2019 y se saldaron con más de 550 muertos --según el balance oficial facilitado en julio de 2020--, supusieron una nueva muestra del desencanto de la población con la clase política ante los numerosos casos de corrupción, el mal estado de los servicios públicos y la crisis económica imperante en Irak.