Considerado como el heredero natural de Mugabe, su destitución ha desencadenado finalmente el relevo presidencial
MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -
El nuevo presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, apodado 'El Cocodrilo', era el delfín de Robert Mugabe, su preferido para suceder al nonagenario al frente de Zimbabue y preservar así las esencias de la idealizada lucha por la independencia del país en la década de 1970, hasta que el mandatario decidió cesarle a principios de noviembre desencadenando una crisis que ha terminado con su dimisión.
A sus 71 años, Mnangagwa está considerado el 'hombre fuerte' de los servicios secretos y del Ejército, responsable del último golpe de timón para evitar que la mujer de Mugabe, Grace Mugabe, le sucediera en el mando.
Mnangagwa procede de la tribu karanga, una subdivisión de la etnia shona mayoritaria en Zimbabue. Los karangas son los más numerosos de la etnia shona, pero el histórico Mugabe procede de la etnia zezuru.
Creció en Zambia y se formó militarmente en Egipto y en China, donde asistió a la Escuela de Ideología de Pekín. Cuando volvió a Zimbabue combatió contra el dominio blanco postcolonial de la entonces Rodesia.
TORTURAS DEL RÉGIMEN RACISTA
Su biografía oficial sostiene que fue cruelmente torturado por formar parte de la "banda de los cocodrilos", una guerrilla negra sublevada contra la minoría blanca. Concretamente fue acusado de la voladura de un tren cerca de Fort Victoria (ahora Masvingo).
Las autoridades rodesias lo condenaron a diez años de prisión y no a la pena de muerte porque entonces era menor de edad. En prisión fue colgado de los piés y perdió la consciencia durante varios días. La tortura le causó secuelas tales como la pérdida de la audición en un oído y fuentes de su entorno han asegurado en declaraciones bajo condición de anonimato que aún tiene cicatrices visibles.
Pero su reputación de cruel no procede de la guerra de independencia y contra el régimen racista rodesio, sino de la época de la guerra civil que enfrentó a la ZANU de Robert Mugabe, de tendencia maoísta, con la Unión del Pueblo Africano de Zimbabue (ZAPU) de Joshua Nkomo, afín a la Unión Soviética.
Mnangagwa estaba al frente de la Organización Central de Inteligencia (CIO), que colaboró mano a mano con el Ejército para perseguir a la ZAPU. Miles de civiles inocentes en su mayoría de la etnia ndebele murieron por ser sospechosos de simpatizar con la ZAPU.
La guerra terminó en 1987 con un acuerdo para la fusión de los dos partidos y la creación de la ZANU-PF liderada por Mugabe, pero las heridas no han sanado aún y muchos recuerdan cómo el Ejército obligó a los civiles a bailar a punta de fusil sobre las tumbas recién tapadas de familiares ejecutados y cantar sobre ellas canciones de apoyo a la ZANU.
ASCENSOS Y DESTITUCIONES
En 2005, Mnangagwa fue destituido de su cargo como secretario de Administración de la ZANU-PF, un puesto que le permitía situar a sus afines en las posiciones clave del partido. Esta destitución se produjo justo después de que se postulara abiertamente para el puesto de vicepresidente del país.
Finalmente accedió al cargo de vicepresidente en 2014 y fue el encargado de la represión de la oposición incluso a pesar del acuerdo de gobierno conjunto alcanzado con el dirigente opositor Morgan Tsvangirai tras las polémicas elecciones de 2008.
Su destitución el pasado 6 de noviembre, acusado de traición por Mugabe, fue visto como un intento de éste de allanar el camino para que la primera dama, Grace Mugabe, fuera quien la sucediera. La decisión del veterano dirigente no sentó bien en el Ejército, que amenazó con intervenir si el presidente no daba marcha atrás, cumpliendo con su amenaza el 14 de noviembre.
Desde entonces, los acontecimientos se sucedieron y Mugabe perdió el respaldo de los veteranos de guerra, uno de los pilares de su poder en sus 37 años de gobierno, que convocaron una multitudinaria marcha para reclamar su dimisión el sábado, y del ZANU-PF, que el domingo le cesó como líder de la formación, aupando al cargo a Mnangawa.
Cuando todos esperaban que el nonagenario presidente iba a claudicar, en su mensaje a la nación el domingo por la noche, Mugabe no anunció su dimisión, que finalmente se produjo el martes, en medio del debate en el Parlamento para someterle a un juicio político y cesarle.
Este era el último escollo que le quedaba por superar a Mnangagwa, que inmediatamene fue propuesto por ZANU-PF para ocupar la plaza vacante. 'Cocodrilo' se ha convertido este 24 de noviembre en nuevo presidente de Zimbabue, el segundo en la historia del país, garantizando así la permanencia en el poder de quienes lucharon por la independencia del país.