La cohabitación, el riesgo al que se asoma Macron tras convocar elecciones legislativas

Archivo - Sesión de control al Gobierno en la Asamblea Nacional de Francia
Archivo - Sesión de control al Gobierno en la Asamblea Nacional de Francia - Europa Press/Contacto/Vincent Isore - Archivo
Publicado: domingo, 9 junio 2024 21:50

MADRID 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

La convocatoria de elecciones legislativas en Francia anunciada este domingo por el presidente Emmanuel Macron, al albor de los malos resultados de su partido en los comicios europeos, asoma a Francia a un escenario inédito desde hace más de dos décadas, el de la 'cohabitación', el término por el que se conoce a la convivencia de poderes de distinto signo político.

Francia se ha visto abocada a la 'cohabitación' en tres ocasiones durante la V República, la última de ellas entre 1997 y 2002. La reducción de los mandatos presidenciales de siete a cinco años facilita en teoría que hubiese criterios similares a la hora de elegir al presidente y a los diputados.

Con las leyes actuales sobre la mesa, el Elíseo y la Asamblea Nacional se renuevan prácticamente a la vez, como ocurrió en 2022, cuando los comicios se celebraron con apenas dos meses de diferencia.

Sin embargo, la actual composición de la Asamblea Nacional ya había dado muestras de un frente anti Macron, hasta el punto de que los ultraderechistas de Agrupación Nacional y los izquierdistas de La Francia Insumisa han llegado a votar juntos varias mociones de censura.

¿QUIÉN DESIGNA AL PRIMER MINISTRO?

El jefe de Estado es quien tiene las competencias en Francia de designar al primer ministro y avalar, a propuesta de este último, al resto de integrantes del gabinete. Sin embargo, en la práctica no podría imponer un primer ministro contrario a la mayoría legislativa, ya que es el Parlamento el que debe de dar el visto bueno final.

Ningún presidente ha llevado nunca el pulso político a este nivel y, en todo caso, debería limitarse a sugerir a potenciales ministros, aunque esto último depende en gran medida del grado de colaboración que muestre el hipotético jefe de Gobierno opositor.

Un primer ministro contrario a la línea del Elíseo limitaría en gran medida el margen de maniobra política de Macron e incluso podría promover leyes o decretos contrarios a los deseos del presidente. El expresidente Jacques Chirac, el último presidente damnificado por la cohabitación, no pudo impedir que saliesen adelante medidas como la semana laboral de 35 horas o la cobertura de salud universal.

No obstante, el poder del primer ministro tampoco es ilimitado, ya que una mayoría alternativa a Macron no podría modificar a su antojo la Constitución y el presidente, además, tendría plena libertad para cuestionar la labor del Gobierno y desmarcarse de él en cuestiones potencialmente espinosas, por ejemplo la política internacional.

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