SANÁ, 30 Sep. (Reuters/EP) -
Combatientes tribales yemeníes fieles al presidente, Abdo Rabbu Mansour Hadi, han arrebatado este miércoles a las fuerzas huthis la estratégica presa de Marib, pero han perdido territorio en el sur, cerca del puerto de Adén, donde tiene la sede el Gobierno de Hadi, según han informado residentes y autoridades locales.
Las imágenes de los periódicos del Golfo Pérsico muestran tropas extranjeras y de tribus locales colocando la bandera de Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Arabia Saudí sobre la presa. La toma de Marib a manos de milicianos, respaldados por la coalición liderada por Arabia Saudí, es el mayor éxito de las últimas semanas en una ofensiva a 110 kilómetros al oeste de la capital, Saná, controlada por los huthis. La campaña ha sido frenada por minas antipersona y una fuerte resistencia de las fuerzas rebeldes instaladas en las escarpadas montañas.
En julio, la coalición y los fieles al Gobierno se hicieron con el control de Adén y de otras provincias del sur, pero continúa la ofensiva para mantener otras localidades y asentar su autoridad en la región, en la que cada vez existe menos control.
La primera pérdida significativa de los combatientes pro-Hadi en las últimas semanas ha sido un distrito de la provincia de Taiz, en el suroeste de Yemen, que cayó el martes en manos de los huthis y de sus aliados del Ejército del país. Al parecer los residentes y las autoridades locales también han movilizado a sus fuerzas al sur, en la cercana zona de Kirsh, a unos 75 kilómetros de Adén.
Los huthis consideran el Gobierno de Hadi una herramienta de las monarquías del Golfo y del imperialista Occidente y pretenden extender una revolución por todo el país.
BOMBARDEOS CONTRA CIVILES
Una coalición de Estados árabes han atacado desde marzo a los huthis, aliados de Irán, intentando expulsarlos de las zonas que han arrebatado desde 2014 a Hadi.
Los habitantes de la localidad de Al Wahijah, en la provincia de Taiz, aseguran que el lunes dos misiles estallaron en unas tiendas de campaña donde un hombre afiliado a los huthis estaba celebrado su boda. Según los médicos, el ataque se cobró la vida de 131 personas, uno de los ataques más mortíferos contra civiles en el conflicto.
No obstante, la coalición ha negado una vez más su responsabilidad. "No se ha lanzado ningún ataque aéreo en esa zona en los últimos tres días. No es cierto que cada bombardeo que ocurre en Yemen está causado por la coalición", ha afirmado el portavoz de la alianza, el general Ahmed Asseri, en declaraciones recogidas por la agencia estatal de Emiratos Árabes Unidos WAM.
Seis meses de guerra civil y cientos de ataques aéreos han matado a más de 5.400 personas en Yemen, según Naciones Unidas, y han generalizado el hambre y el sufrimiento que ya había.
Los países del Golfo consideran la intervención como parte de una batalla más grande de los estados suníes contra lo que ven como una intromisión de la potencia chií iraní, algo que Teherán niega.