FRANKFURT, 2 Sep. (DPA/EP) -
El mayor desalojo en la historia de Alemania ha dado comienzo este sábado en la ciudad de Frankfurt, que obligará a evacuar a 60.000 personas y que se une al que tiene lugar en Coblenza, con motivo de la desactivación de sendas bombas de la Segunda Guerra Mundial halladas en estas dos ciudades.
"Hasta ahora no ha habido problema alguno", ha declarado la Policía, a la hora de evacuar el radio de 1,5 kilómetros en Frankfurt. Por el momento ya han sido evacuados los pacientes de dos hospitales, incluyendo al menos 20 bebés. Aún tienen que desalojar diez residencias para personas de avanzada edad.
La Policía usará helicópteros con cámaras sensibles al calor para asegurarse de que no quede nadie en la zona. Las carreteras y los medios de transporte, se cerrarán durante el proceso y durante al menos dos horas después de la desactivación de la bomba para permitir que los pacientes sean transportados de vuelta a los hospitales.
El Gobierno ha habilitado lugares de refugio para los afectados, y los museos de Frankfurt serán gratuitos este domingo para los residentes en el área afectada.
La bomba fue descubierta durante unas obras en el barrio de Westend, en el noroeste de la capital financiera alemana, donde se ubica el campus universitario. Se trata de un artefacto de 1,8 toneladas del tipo HC 4000, lanzada por el Ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial. Según el diario alemán 'Bild', contendría cerca de 1.400 kilos de material explosivo.
Junto con esta evacuación, se ultiman en otra ciudad, Coblenza, los protocolos para la desactivación segura de otro proyectil de la Segunda Guerra Mundial, que requerirá el desalojo de 21.000 personas, incluida una prisión y un hospital.
Hoy ha dado comienzo la desactivación de este proyectil ubicado en el sur de la ciudad, de 500 kilos y perteneciente originalmente al Ejército estadounidense. "Todo transcurre como estaba previsto", ha informado el portavoz de bomberos Manfred Morschhäuser.
La mayor evacuación registrada hasta la fecha fue la efectuada a finales de 2016 en Augsburgo, con cerca de 54.000 personas desalojadas. Los expertos creen que hay cerca de 250.000 bombas en Alemania lanzadas por los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial que por algún problema técnico no explotaron en su momento.
Miles de ellas se encuentran aún bajo tierra, algunas a metros de profundidad, otras cerca de la superficie. Estos artefactos se encuentran, sobre todo, en la cuenca del Ruhr y la zona del Bajo Rin, pero también en grandes ciudades como Dresde, Hamburgo o Hanóver.
Habitualmente se encuentran durante trabajos de construcción y al analizar imágenes aéreas históricas. Los expertos creen que se seguirán detectando artefactos explosivos sin detonar durante décadas.