Violencia en Burundi
MIKE HUTCHINGS / REUTERS
Actualizado: lunes, 28 diciembre 2015 19:53

BUYUMBURA 28 Dic. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Burundi y la oposición han comenzado este lunes las conversaciones para intentar alcanzar una solución política a la crisis de estabilidad que vive el país desde hace meses, un proceso de diálogo en el que un miembro de la delegación del Ejecutivo ha amenazado con retirarse si en la mesa están presentes los impulsores del fallido golpe de Estado.

Varios países de la región han pedido a ambos bandos que se reunieran en Uganda para comenzar las conversaciones de paz, en las que participan las delegaciones del Gobierno y de los grupos de la oposición y varios representantes de la Unión Africana y de Naciones Unidas.

En el marco del proceso de diálogo, un miembro de la delegación del Gobierno, Victor Burikukiye, ha asegurado que su partido, el CNDD-FDD, "no puede" participar en las negociaciones si se incluye en las mismas a "los participantes en el golpe de Estado". Todavía se desconoce quiénes serán los miembros de la delegación opositora que participará en estas conversaciones.

Las potencias regionales han pedido a ambos bandos que terminen con la ola de violencia que comenzó tras la decisión del presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, de presentarse a un tercer mandato, a pesar de que la Constitución lo prohíbe expresamente.

Hasta la fecha, no se ha producido ningún acercamiento entre el Gobierno y los grupos de la oposición, los cuales creen que la reelección de Nkurunziza rompe con los limites constitucionales y con el tratado de paz que se firmó en 2005 para poner fin a una guerra civil.

"Apelo a ustedes para que se sienten y establezcan una solución política para salvar a las personas del sufrimiento que están padeciendo en estos momentos", ha asegurado el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, el país que ejerce como anfitrión en el proceso de diálogo.

Por su parte, la Unión Africana ha asegurado este mes que está preparada para enviar a 5.000 militares con el objetivo de proteger a los ciudadanos de Burundi, algo que el Gobierno ha considerado como una violación de su soberanía. Más de un centenar de defensores de Nkurunziza se han reunido en las Embajadas de Ruanda, Bélgica y de otros países europeos en Buyumbura para protestar contra el plan.

Los supervisores internacionales han afirmado que temen que se pueda producir una guerra civil en Burundi. Los continuos enfrentamientos y los ataques armados en el país han hecho temer la llegada de una situación tan grave como el genocidio que se produjo en Ruanda en 1994.

Naciones Unidas estima que alrededor de 400 personas han muerto durante los combates y los enfrentamientos registrados entre partidarios de uno y otro bando y con las fuerzas de seguridad y que más de 220.000 han abandonado sus hogares. Además, Ruanda ha asegurado que más de 73.000 burundeses han llegado a su país huyendo del conflicto.

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