La Comisión de Verdad y Reconciliación subraya que el régimen "planificó y ejecutó las masacres" contra hutus
MADRID, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Comisión de Verdad y Reconciliación (CVR) de Burundi ha calificado de "genocidio" contra la comunidad hutus los crímenes cometidos en el país entre 1972 y 1973 tras una rebelión encabezada por gendarmes hutus en Rumonge (sur) que fue reprimida duramente por el régimen de Michel Micombero.
El presidente del organismo, Pierre Claver Ndayicariye, ha indicado que "se cometió el crimen de genocidio contra los hutus de Burundi entre 1972 y 1973 y ha agregado que la valoración se fundamenta en las investigaciones sobre "violaciones graves, masivas y sistemáticas de los Derechos Humanos contra los hutus por parte del poder de Micombero".
Así, ha detallado que la CVR ha contactado ha 955 testigos de entre 60 y 94 años y pertenecientes a todas las etnias del país y ha subrayado que "las investigaciones demuestran que las instituciones del Estado, desde el presidente hasta las administraciones locales, el partido Unión para el Progreso Nacional (UPRONA), la Justicia y el Ejército, participaron y contribuyeron en los arrestos y asesinatos contra los hutus".
Ndayicariye ha resaltado que un consejo de guerra fue instaurado en mayo de 1972 en el que intelectuales y funcionarios fueron sentenciados a muerte, al tiempo que ha manifestado que el organismo ha exhumado hasta la fecha los restos de 19.897 personas enterradas en más de 690 fosas comunes en el país.
"Las fosas comunes están entre los signos innegables que confirman que el poder de Michel Micombero planificó y ejecutó las masacres contra los burundeses de la etnia hutu en 1972 y 1973", ha recalcado, al tiempo que ha incidido en que estos crímenes tenían una intención genocida, según ha recogido el diario independiente burundés 'Iwacu'.
Tras ello, el Parlamento ha adoptado el informe presentado por la CVR. "El Parlamento reunido en congreso adopta la declaración solemne de la CVR confirmando que las violaciones masivas cometidas en todo el territorio de Burundi entre 1972 y 1973 constituyen un genocidio contra los hutus de Burundi", ha dicho el presidente de la Asamblea Nacional, Gélase Ndabirabe.
Por su parte, el partido UPRONA, en la actualidad en la oposición, ha dicho "tomar nota" del informe, si bien ha "rechazado en bloque" las "acusaciones injustas" contra la formación como "uno de los responsables de estas matanzas". "Los órganos que adoptaban decisiones de responsabilidad histórica de UPRONA no llamaron a una matanza de los hutu", ha manifestado.
En este sentido, ha recalcado que "altos responsables del partido en la época a nivel nacional, provincial, comunal y de colinas fueron asesinados", antes de hacer hincapié en que el comité central del partido "no adoptó decisiones de carácter genocida contra los hutu", por lo que "no puede achacársele la responsabilidad de haber masacrado a sus miembros".
Por ello, el partido ha pedido a la comisión a través de sus mensajes, publicados en su cuenta oficial en la red social Twitter, "profundizar las investigaciones para que la verdad sea conocida" y para que "UPRONA sea rehabilitado en el sentido de reconciliación, dado que ha perdido a la mayoría de sus miembros".
Las matanzas estallaron tras una rebelión iniciada en abril de 1972 que derivó en una campaña de violencia en la que fueron asesinados cerca de mil tutsis --etnia a la que pertenecía Micombero (1966-1976)-- y hutus moderados. En respuesta, el régimen de Micombero lanzó una campaña de represión que se habría saldado con cerca de 100.000 muertos, según algunas estimaciones.
Micombero, que dirigió un régimen de partido único a través de UPRONA, ordenó al principio del levantamiento la ejecución del rey Ntare V --quien había sido depuesto en el golpe que llevó a Micombero al poder en 1966 y quien fue detenido en marzo de 1972 tras regresar al país-- y es considerado el principal responsable de esta campaña genocida, conocida en el país como 'Ikiza'.
La crisis fue reconducida en 1973 tras la intervención del entonces presidente de Zaire, Mobutu Sese Seko, ante una posible invasión armada de Tanzania para poner fin a las matanzas y aprobó una nueva Constitución para poder presentarse nuevamente al cargo, si bien fue derrocado en 1976 en un golpe de Estado liderado por Jean-Baptiste Bagaza.