El comité apuesta por expulsar del país "a todas las compañías francesas, incluida TotalEnergies" y "aplicar sanciones" contra París
MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una comisión del Parlamento de Azerbaiyán ha reclamado este jueves cortar todos los lazos económicos con Francia y la expulsión de "todas las compañías francesas, incluida TotalEnergies", en medio del grave deterioro de las relaciones bilaterales, incluida la detención en diciembre de un francés acusado de espionaje.
La comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento azerí ha señalado en un comunicado que apuesta por "aplicar sanciones contra Francia", "congelar todos los bienes de funcionarios franceses en Azerbaiyán" y "detener todas las relaciones económicas con Francia", entre otras medidas.
Asimismo, ha abogado por "expulsar a todas las compañías francesas, incluida TotalEnergies", "no permitir a las compañías francesas participar en cualquier proyecto aprobado por el Estado de Azerbaiyán" y "dar orden al Ministerio de Exteriores para que dé pasos para el reconocimiento de Nueva Caledonia, Polinesia Francesa y Córcega".
El comunicado, publicado en la página web del Parlamento, ha llegado un día después de que el Senado de Francia aprobara una resolución en apoyo a Armenia, condenando "con la mayor firmeza" la ofensiva militar de Azerbaiyán en septiembre de 2023 contra las autoridades separatistas de Nagorno Karabaj --que se saldó con la reintegración de Karabaj en Azerbaiyán-- y pidiendo sanciones contra Bakú.
Asimismo, la resolución pedía a las autoridades de Azerbaiyán que garantizaran el derecho al retorno de los refugiados armenios, la retirada "inmediata e incondicional" de tropas azeríes de "territorio soberano de Armenia" y condenaron la "detención arbitraria" de los líderes de la autoproclamada república de Artsaj, nombre oficial del Gobierno separatista en Nagorno Karabaj.
En respuesta, el comité parlamentario azerí ha tildado de "sesgada" e "infundada" la resolución aprobada por el Senado francés y ha dicho que fue respaldada "tras la instigación de líderes de grupos de presión armenios que operan en Francia y funcionarios y políticos bajo su influencia".
"Durante los últimos años, los círculos políticos de Francia, incluidos el Senado y la Asamblea Nacional, han intensificado sus actividades racistas, islamófobas y azerífobas siguiendo instrucciones directas del Elíseo y siguen dando pasos injustos contra la integridad territorial y la soberanía de Azerbaiyán", ha manifestado.
En este sentido, ha recalcado que esto ha provocado que "las relaciones entre ambos países estén en su punto más bajo en la historia, pudiendo darse casi por detenidas", y ha argumentado que "las acciones destructivas y provocativas del Gobierno francés (..) sirven para evitar la aplicación de la agenda de paz entre Azerbaiyán y Armenia y para agravar la situación en la región del Cáucaso sur".
"El hecho de que haya habido una calma total en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán durante los últimos meses y que no se haya registrado ningún conflicto parece preocupar a la parte francesa", ha dicho, al tiempo que ha acusado a parís de "vender arma y munición" a Armenia, lo que supone "un ataque a la normalización de las relaciones con Azerbaiyán y un impulso a las fuerzas revanchistas en Armenia para iniciar una nueva guerra".
DENUNCIAS SOBRE "INJERENCIAS"
La reclamación del comité parlamentario ha llegado una semana después de que el Gobierno azerí pidiera a Francia que "ponga fin a su intervención en los asuntos internos" del país, tras las críticas de París a la detención en diciembre por parte de las autoridades azeríes de un francés sospechoso de espionaje.
Francia se ha consolidado como un aliado clave de Armenia, país con el que se ha comprometido incluso en términos de ayuda militar, por lo que las autoridades de Azerbaiyán han cuestionado que pueda seguir ejerciendo de mediador en las negociaciones de paz abiertas por el conflicto de Nagorno Karabaj.
Azerbaiyán logró recuperar el control de la región de Karabaj tras una ofensiva lanzada en septiembre, cuyo acuerdo de alto el fuego incluye el desarme de grupos armados, la retirada de militares armenios --si bien Ereván niega que estén desplegados en la zona-- y la "reintegración" del territorio en Azerbaiyán.
Nagorno Karabaj es un territorio de unos 4.400 kilómetros cuadrados en el Cáucaso Sur recuperado por Azerbaiyán en una ofensiva militar de apenas 24 horas iniciada el pasado 19 de septiembre, tras las guerras entre 1988 y 1994 y la de 2020. Hasta entonces la zona, de mayoría armenia, había estado más de tres décadas bajo control de fuerzas proarmenias pese a que la comunidad internacional reconocía la región como de soberanía azerí.