NUEVA YORK, 2 Oct. (Reuters/EP) -
Los líderes internacionales han aprovechado el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas para urgir a las partes en Libia a llegar de una vez por todas a un acuerdo de paz que permita abordar la caótica situación en el país norteafricano.
"No hay tiempo que perder", ha dicho el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, en la reunión que se ha celebrado sobre Libia en los márgenes de la 70ª sesión plenaria. "Todos sabemos las amenazas que traerán más dudas", ha subrayado.
Kerry ha asegurado que "si toman la decisión correcta, si forman un gobierno de unidad nacional, si gobiernan en función de las necesidades del pueblo libio, entonces la comunidad internacional estará con ellos en cada paso que den".
Por su parte, el secretario de Estado de Reino Unido para Oriente Próximo, Tobias Ellwood, ha considerado que el acuerdo de paz propuesto "es justo" y ha alertado de que "quien lo rechace corre el riesgo de quedarse atrás".
"La comunidad internacional no puede aceptar más retrasos", ha recalcado el ministro de Exteriores de Egipto, Samé Shoukry, al tiempo que ha insistido en que, si las partes aceptan el acuerdo de paz, tendrá el apoyo de la región y del mundo.
En un tono más duro, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha advertido de que "todos aquellos que decidan quedarse fuera del acuerdo de paz serán considerados responsables de las consecuencias y del sufrimiento" que supondrá.
El 21 de septiembre el enviado especial de la ONU a Libia, el diplomático español Bernardino León, entregó a las partes la última versión del acuerdo de paz, que contempla la creación de un gobierno de unidad nacional
León confía en que las partes firmen el acuerdo de paz antes del 20 de octubre, cuando expira el mandato del Parlamento electo, ya que la disolución de la sede legislativa emanada de las urnas podría desequilibrar la balanza.
Libia vive su peor crisis desde la caída del régimen de Muamar Gadafi, con dos gobiernos y dos parlamentos --los oficiales de Tobruk y los rebeldes de Trípoli, constantes combates en el este y la irrupción del Estado Islámico en ciudades como Sirte o Derna.