MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un tribunal de Malí ha condenado este miércoles a muerte a tres personas acusadas de estar involucradas en los atentados ejecutados en 2015 contra un hotel y un restaurante en la capital, Bamako, que se saldaron con la muerte de 25 personas.
Los condenados, entre ellos el mauritano Fauad Uld Mohamed, alias 'Ibrahim 10', estaban acusados por los ataques contra el restaurante La Terrasse en marzo de 2015 y contra el hotel Radisson Blu, en noviembre, que incluyó una toma de rehenes. Uno de los sentenciados se encuentra fugado y ha sido sentenciado en rebeldía.
El ataque contra el restaurante fue ejecutado por varios asaltantes que abrieron fuego contra el lugar y lanzaron una granada en su interior, matando a cinco personas --tres malienses, un francés y un belga--.
En el hotel fueron tomadas como rehenes 170 personas durante un cerco de nueve horas que se saldó con 20 muertos, entre ellos nueve malienses, una trabajadora humanitaria estadounidense y varias personas de nacionalidad rusa, china y belga.
Uld Mohamed está considerado el 'cerebro' de los ataques y durante las vistas ha defendido sus acciones, según ha informado el portal de noticias Maliactu. "No somos terroristas, sino yihadistas", dijo, antes de recalcar que el ataque contra el restaurante "fue una respuesta a las caricaturas del profeta Mahoma publicadas por 'Charlie Hebdo'.
El condenado, miembro de Al Murabitún --grupo que reclamó la autoría de los ataques--, fue detenido en abril de 2016 por las fuerzas de seguridad en Bamako. El grupo es desde marzo de 2017 parte del Grupo de Apoyo para el Islam y los Musulmanes (JNIM), rama de la organización terrorista Al Qaeda en Malí.
El hombre está además acusado de un ataque contra un hotel en la ciudad de Sevaré que se saldó con 17 muertos y otros ataques contra un restaurante en la capital de Burkina Faso, Uagadugú, y un resort en Costa de Marfil que dejaron decenas de muertos, todos ellos en 2016, tal y como ha recogido la agencia alemana de noticias DPA.
Malí y el resto de los países del Sahel han experimentado un recrudecimiento de la violencia, tanto yihadista de manos de grupos vinculados a Al Qaeda y a Estado Islámico, como de tipo intercomunitario, lo que ha llevado a Francia y a los países del G5 Sahel --Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger-- a incrementar sus operaciones.