MADRID 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un juez de Mandalay, la segunda mayor ciudad de Birmania, ha condenado este jueves a tres meses de prisión al turista neerlandés Klaas Haijtema, de 30 años, acusado de insultar a la religión al irrumpir en un ritual budista desenchufando uno de los altavoces que se estaba utilizando para el rezo.
Mientras se revisaba su caso, Haijtema estuvo recluido en la prisión de Obo. El caso se remonta al pasado 23 de septiembre, cuando el neerlandés desconectó un amplificador que estaba siendo utilizado para el recital del 'dharma' --palabra en sánscrito que se utiliza para las enseñanzas del budismo-- en un centro comunitario budista. El turista se encontraba alojado en el hotel frente al centro.
El tribunal lo ha condenado, además, a una pena adicional de seis meses o al pago de una multa de 100.000 kiats --unos 70 euros-- por una violación de la legislación de visados. Haijtema ha optado por pagar la sanción, tal y como ha informado el diario 'The Myanmar Times'.
Durante su primera audiencia, celebrado el miércoles 28 de septiembre, el neerlandés pidió disculpas por lo que había hecho, pero aseguró que no tenía la intención de interrumpir ninguna ceremonia religiosa.
En declaraciones al portal birmano 'Irrawady', Haijtema aseguró que no era consciente de que el edificio fuera un templo religioso. "Estaba muy cansado esa noche, y me desperté por el ruido", dijo.
"Estaba muy enfadado y pensé que eran unos niños que estaban escuchando música", señaló en el juzgado. "Así que entré y desconecté los altavoces", relató.
El pasado 3 de octubre, la Fiscalía de la ciudad presentó una solicitud formal recomendando que el caso del turista fuera a juicio. Durante las audiencias se escuchó la versión de tres testigos, entre ellos un empleado del hotel en el que se encontraba, quien aseguró que era el primer viaje de Haijtema al país asiático y que no estaba familiarizado con los códigos de conducta en áreas de rezo budistas.
Entrar en un templo budista en Birmania, un país con un 90 por ciento de población que profesa esta religión, está considerado un insulto a la religión. Haijtema no es el primer extranjero al que Rangún imputa por este tipo de delitos.
Un día después de esta audiencia, el juez anunció su decisión de condenar a Haijtema, a quien preguntó cómo se declaraba. "No lo hice con mala intención. No sabía que era un edificio religioso. Así que me declaro no culpable", afirmó Haijtema.
SIN INTENCIÓN
El jefe de la Red de Asistencia Legal de Birmania, U Hla Ko, presentó formalmente una declaración de inocencia en nombre del neerlandés, argumentando que el quid de la cuestión de su caso estaba en la ausencia de intencionalidad en sus actos.
"En primer lugar, no tenía intención" de insultar a la religión, delito que le ha sido atribuido. "Así que no puede ser condenado por la sección 295. Y en segundo lugar, no destruyó nada, por lo que no debería ser condenado", señaló el abogado.
Con la sección 295 se refiere a un apartado de la legislación que indica que cualquiera que "destruya, dañe o profane cualquier objeto sagrado" podría enfrentarse hasta a dos años de prisión.
La madre de Haijtema, citada por el diario neerlandés 'Leeuwarder Courant', ha explicado que su familia está siguiendo el caso gracias a las actualizaciones de la novia de Haijtema. "Hemos oído que a nuestro hijo lo están tratando bien en prisión, pero está angustiado por lo que está ocurriendo. Estamos tratando de ser positivos desde aquí", ha señalado.
El año pasado, un neozelandés propietario de un bar quiso promocionar su local en Facebook utilizando una imagen de Buda con unos cascos de DJ, por lo que se le condenó a dos años y medio de prisión. A principios de este año fue liberado en virtud de una amnistía.