ABUYA, 10 Nov. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
Algunas de las jóvenes nigerianas secuestradas por Boko Haram en la aldea de Chibok hace tres años se encuentran hoy enfermas debido a las agresiones sufridas durante su cautiverio y no pueden costearse los gastos médicos, de los que tanto el Gobierno como la Universidad Americana de Nigeria se desprenden.
El 14 de abril de 2014, milicianos islamistas de Boko Haram irrumpieron en la escuela femenina de Chibok y se llevaron a más de 250 niñas. Algunas menores fueron vendidas y esclavizadas, mientras que otras fueron utilizadas como portadoras de bombas para los atentados de la organización terrorista.
Las fuerzas nigerianas lograron rescatar a 82 y otras 24 pudieron huir por sus propios medios. Aunque ya se encuentran con sus familias, todavía sufren las secuelas físicas y psicológicas de su largo cautiverio en manos de los yihadistas.
El Gobierno prometió ayudarlas y, para conseguirlo, en septiembre puso en marcha un programa de rehabilitación en colaboración con la Universidad Americana de Nigeria, en Yola. Sin embargo, las partes discrepan ahora sobre qué servicios incluye, lo que ha paralizado la atención médica que tanto necesitan.
Un portavoz del Ministerio de la Mujer ha asegurado que el dinero que el Gobierno paga a la Universidad incluye los gastos médicos. "El Gobierno federal ha entregado a las jóvenes a sus padres tras haber pagado a la Universidad todas las tasas", ha indicado Suleiman Dantsoho, quien afirma que corresponde a esta última ocuparse de ellas.
Por su parte, el director de la Asociación de Padres de Chibok ha denunciado que lo que está sucediendo no es lo que habían acordado con el presidente, Muhamadu Buhari. "Nos dijeron que cuidarían de nuestras hijas y que estuviéramos seguros de que no volverían a sufrir", ha añadido.
RETORCIDA DE DOLOR
Es el caso de Naomi, una joven de 27 años, y cinco de sus compañeras de clase en Chibok, a las que infligieron lesiones mientras estaban secuestradas en abril de 2014 y cuyas consecuencias hoy padecen. Según una fuente de la Asociación de Padres de Chibok, Yabuku Nkeki, las agresiones iban desde metralla en el cuerpo hasta fracturas de huesos.
Durante las últimas tres semanas, Kolo Adamu, la madre de Naomi, ha dormido en el suelo junto a su hija en hospital al noreste de Nigeria, ya que no puede permitirse costear la cirugía de riñón que necesita.
Según la madre de Naomi, "la Universidad ha dicho que no es responsable, y que se supone que el Gobierno debería encargarse de todo". "Al principio, el hospital le proporcionó el goteo y medicinas, pero en los últimos cuatros días no le han dado nada, ya que aseguran que éstas se han terminado", ha añadido Kolo Adamu, que menciona, además, que el doctor no ha aparecido y que se siente desamparada cada vez que su hija grita de dolor.
El dolor en el abdomen de Naomi comenzó cuando estaba retenida, si bien un médico que Boko Haram secuestró la trató con algunas medicinas. Más tarde, durante el pasado mes, enviaron a Naomi a un hospital gubernamental en Yola tras realizarle una inspección en la clínica universitaria, la cual reveló que tenía una enfermedad renal, por lo que el doctor le recomendó cirugía.
Naomi se ha quejado de que el dolor que soporta es demasiado y de que cualquier cosa que come la vomita. En ocasiones, el dolor en el abdomen es tan intenso que Naomi se revuelve por el suelo y se empapa de agua fría.
"Me dijo que si ella hubiera sabido que su salud sería una carga tan pesada para mí, se habría quedado en el bosque", ha mencionado su madre, quien ha financiado su viaje de Chibok a Yola gracias a donativos
Por su parte, Naomi ha tratado de consolar a su madre. "Si no me pagan las facturas médicas deberían permitirme volver a la Universidad para que al menos mi madre pueda volver a Chibok", ha dicho.