Las agencias de la ONU destacan que "luchar contra el hambre es fundamental para la construcción de la paz"
MADRID, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los conflictos prolongados que afectan a 17 países han provocado que más de 56 millones de personas se encuentren en una situación de inseguridad alimentaria grave, según un informe realizado de forma conjunta por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que han denunciado que la violencia frustra la lucha contra la malnutrición.
El informe, presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU, alerta principalmente de la situación de emergencia registrada en Yemen, donde 14 millones de personas, más de la mitad de la población, se encuentran en situación de emergencia, según la escala establecida por la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC), que sitúa a Siria, con 8,9 millones de personas con malnutrición aguda, en segundo lugar.
En Sudán del Sur, donde la situación se ha deteriorado rápidamente en el último mes debido a la reanudación de los enfrentamientos entre los seguidores del presidente, Salva Kiir, y la facción rebelde, liderada por Riek Machar, casi 5 millones de personas, el 40 por ciento de la población, sufren escasez de alimentos y necesitan ayuda de forma inmediata.
En aquellos países que se encuentran en un periodo de recuperación, como Colombia y República Centroafricana, millones de personas están en peligro de sufrir una inseguridad alimentaria aguda. El 89 por ciento de los refugiados sirios en Líbano necesitan alimentos urgentemente, según el informe conjunto, que muestra que en Burundi y Haití un 23 por ciento de la población ha excedido, respectivamente, los niveles 3 y 4 del IPC, mientas que en República Centroafricana el 50 por ciento de la población se ha visto afectada.
UN CÍRCULO VICIOSO
"Los conflictos son la causa principal de las hambrunas en todo el mundo", según han indicado en el informe los directores ejecutivos de la FAO, José Graziano da Silva, y del PMA, Ertharin Cousin, que han denunciado además cómo el hambre provoca un aumento de la violencia y provoca una mayor inestabilidad.
Cousin y Da Silva han incluido en el informe la forma en que se manifiesta la inseguridad alimentaria. "Se produce la destrucción de cosechas y de infraestructuras agrarias, así como la caída de los mercados. Además, los conflictos provocan el desplazamiento de la población, el aumento de la incertidumbre a la hora de cubrir las necesidades básicas y la restricción del acceso a las organizaciones humanitarias".
El informe recoge que "luchar contra el hambre es fundamental para la construcción de la paz" y que "la agenda para 2030 reconoce la paz como una condición principal para el desarrollo".
Según las últimas estimaciones, aproximadamente la mitad de los pobres del mundo viven en países marcados por los conflictos y la violencia, donde la probabilidad de que sufran desnutrición severa se triplica respecto a aquellos que viven en lugares estables.
El informe presenta, a su vez, información adicional sobre las crisis de Nigeria, Níger, Chad y Camerún, donde la violencia del grupo terrorista Boko Haram ha triplicado el número de desplazados durante los últimos dos años, provocando un aumento en los niveles de hambruna y desnutrición.