MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) -
El consejo de notables de la localidad libia de Misrata ha hecho este miércoles un llamamiento a expulsar al gobierno de unidad de la capital, Trípoli, en medio de la polémica por las declaraciones de su ministro de Exteriores, Mohamed Siala, quien dijo que el mariscal de campo Jalifa Haftar es el comandante del Ejército del país.
"El gobierno de (el primer ministro del gobierno de unidad, Fayez) Serraj debe ser expulsado de Trípoli para bloquear los esfuerzos destinados a autorizar al líder golpista y criminal de guerra Jalifa Haftar", ha indicado en un comunicado.
"Pedimos a los patriotas que rechazan el golpe que se unan y se enfrenten contra la 'Operación Dignidad' --lanzada por Haftar contra las milicias islamistas en Benghazi-- y el proyecto de Sjirat --en referencia al gobierno de unidad--", ha manifestado.
Por último, ha tildado de Siala como "un impostor", agregando que la 'Operación Dignidad' y el gobierno de unidad "son dos caras de la misma moneda", según ha informado el diario local 'The Libya Observer'.
Las declaraciones de Siala han provocado un gran revuelo en el país, y el Consejo de Estado de Libia --que cumple como organismo asesor del gobierno de unidad-- afirmó el martes que las mismas son "irresponsables".
Haftar encabeza al Ejército leal al gobierno asentado en el este del país, que opera al margen del citado gobierno de unidad.
Las palabras de Siala tuvieron lugar en el marco de un encuentro internacional para tratar la crisis en el país árabe, y tuvo que matizarlas después para aclarar que sería nombrado comandante en jefe una vez acepte al gobierno de unidad.
La semana pasada, Haftar y el primer ministro del gobierno de unidad, Fayez Serraj, se reunieron en Emiratos Árabes Unidos (EAU), donde acordaron, entre otras cosas, celebrar elecciones legislativas y presidenciales antes de marzo de 2018.
El acuerdo, que no ha sido firmado aún, fue rechazado por Jalifa Gwell, líder del autoproclamado Gobierno de Salvación de Libia, instaurado en la capital, Trípoli, tras su intento de golpe de Estado de octubre.
El gobierno de unidad se instaló hace varios meses en Trípoli para intentar unificar el país políticamente, aunque por el momento la situación sigue altamente fragmentada.
El Gobierno con sede en el este del país --anteriormente reconocido por la comunidad internacional-- no ha respaldado la autoridad del Ejecutivo de unidad, debilitado por el citado intento de golpe de Estado de Gwell, que ha ido ganando apoyos en los últimos mees.
El martes, el Consejo de Estado anunció la creación de un comité para participar en las discusiones sobre las enmiendas al Acuerdo Político de 2015, firmado en la localidad marroquí de Sjirat.
Las enmiendas son parte de las exigencias de las autoridades asentadas en el este del país para reconocer al gobierno de unidad y unificar rangos, con el objetivo de estabilizar la situación en el país.
EL RECHAZO DE GWELL
Por su parte, Jalifa Gwell, líder del autoproclamado Gobierno de Salvación de Libia, instaurado tras su intento de golpe de Estado de octubre, rechazó el domingo el encuentro entre Serraj y Haftar, reclamando un diálogo interno.
Así, recalcó que este proceso "no tendrá éxito" ya que, a su juicio, "se limita a gente que busca intereses personales". "Una solución efectiva y viable sólo tendrá lugar en Libia y a través de un diálogo entre libios, mediada por organizaciones internacionales, y no por estados", sostuvo.
Asimismo, reiteró su rechazo al gobierno de unidad que encabeza Serraj, asegurando que "ha dado apoyo a algunos grupos armados", sin dar más detalles.
El intento de golpe estuvo encabezado por Gwell --quien ya fuera primer ministro de otro gobierno autoproclamado con sede en Trípoli--, quien ganó apoyos en las semanas posteriores gracias a los crecientes respaldos anunciados por diversas milicias que operan en el oeste del país y en la propia capital.
Entre los grupos que han apoyado a Gwell figuran la milicia Sala de Operaciones de los Revolucionarios de Libia y milicianos leales al gran muftí del país, Sadek al Ghariani, así como varias brigadas de la localidad de Misrata.
El gran muftí de Libia ha sido uno de los representantes más visibles al gobierno de unidad, y en marzo de 2016 emitió una 'fatua' declarando "diez años de yihad" contra estas autoridades.
Al Ghariani cuenta además con el respaldo de la Brigada de Defensa de Benghazi --que le ha jurado lealtad--, contra la que combaten las tropas leales a Haftar en esta ciudad.