MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado este jueves prorrogar durante un año el mandato de la Misión de la ONU en República Democrática del Congo (MONUSCO), en medio del aumento de las críticas contra el papel de los 'cascos azules' ante los ataques por parte de las milicias que operan en el este del país.
La extensión del mandato de la MONUSCO, que expiraba este mismo viernes, ha sido aprobada por unanimidad. La misión está autorizada a mantener un máximo de 14.000 militares, 660 observadores militares, 591 policías y 1.050 policías.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado el despliegue, a título temporal, de 360 policías más "a condición de que sean desplegados en sustitución de personal militar", en línea con la propuesta del secretario general del organismo internacional, António Guterres.
Así, ha invitado a una reevaluación del despliegue de efectivos para trasladarlos de zonas más estabilizadas a otras en las que haya una mayor necesidad de refuerzos, sin especificar ninguna en concreto.
La resolución subraya además que la prioridad estratégica de la MONUSCO es garantizar la protección de la población civil y apoyar la estabilización y refuerzo de las instituciones estatales.
El incremento de los ataques por parte de la milicia Fuerzas Aliadas Democráticas (ADF), que han causado más de cien muertos en el último mes, ha provocado un gran malestar entre la población, que critica la "inacción" de la MONUSCO, a la que reprochan no actuar aunque algunos de los crímenes se han cometido cerca de sus bases.
Los incidentes más graves tuvieron lugar el 25 de noviembre, cuando los manifestantes atacaron la Alcaldía de Beni y la base de la MONUSCO en la ciudad, en una jornada de protestas que se saldó con al menos cuatro muertos.
Ante el deterioro de la situación, el Gobierno de Félix Tshisekedi ha decidido instalar un cuartel general avanzado del Ejército en Beni y la realización de patrullas conjuntas con la MONUSCO, que ya han comenzado.
En este sentido, un portavoz de la MONUSCO señaló el 27 de noviembre que la misión de la ONU "entiende el enfado y la frustración de la población y hace todo lo posible, en colaboración con las Fuerzas Armadas y la Policía, para limitar los ataques contra la población civil".
Asimismo, sostuvo que los ataques contra la MONUSCO y otras instituciones "no hacen sino debilitar la lucha contra las ADF y otros grupos armados". "Solo una colaboración estrecha" entre las fuerzas de seguridad, la MONUSCO, las autoridades locales y nacionales y la población permitirá "restablecer una paz duradera", defendió.
La milicia de las ADF actúa en RDC desde la década de los noventa y, a pesar de las reiteradas ofensivas lanzadas contra ella, sigue generando violencia en la zona. Está considerado uno de los grupos armados más peligrosos de las varias decenas que operan en el país africano.
La violencia armada ha complicado la lucha contra el brote de ébola que se declaró en el este del país --con Kivu Norte como uno de los epicentros-- el año pasado. Desde entonces se han registrado ataques contra instalaciones médicas y personal sanitario.
CRISIS HUMANITARIA "AGUDA"
Por otra parte, Naciones Unidas ha alertado de que RDC atraviesa una crisis humanitaria "aguda y multiforme", con más de cinco millones de desplazados, lo que le convierte en el país africano más afectado por el desplazamiento interno.
La provincia de Kivu Norte tiene un millón de desplazados internos, por los 900.000 de Ituri y los 850.000 de Kivu Sur, todas ellas situadas en el noreste del país. Estos movimientos de población están vinculados en general a los enfrentamientos violentos y la inseguridad.
Pese a ello, cerca de dos millones de personas han vuelto a sus lugares de origen durante los últimos 18 años, mientras que el país acoge además a más de 517.000 refugiados llegados de los países vecinos.
"Hacemos frente a un puzzle humanitario complejo que nos obliga a multiplicar nuestras acciones para responder a las necesidades", ha indicado el coordinador humanitario de la ONU para RDC, David McLachlan-Karr, quien ha resaltado que "2019 ha sudo un año difícil para muchos congoleños".
Así, ha detallado que más de 16 millones de personas se han encontrado en situación de inseguridad alimentaria grave durante 2019, una cifra superior a la del año pasado, entre ellos 3,8 millones de niños menores de cinco años que sufren desnutrición grave.
A ello se suma que más de 5.000 personas --el 90 por ciento de ellas, niños-- han muerto a causa de un brote de sarampión que ha provocado 250.000 casos y que se suma al de ébola que estalló en verano de 2018 en el país africano.
Sin embargo, el plan de respuesta humanitaria 2019, que contemplaba 1.600 millones de dólares (alrededor de 1.440 millones de euros) para la entrega de ayuda, ha sido financiado hasta ahora al 44 por ciento.
"Pese al tenso contexto financiero, hemos podido entregar ayuda", ha manifestado McLachlan-Karr, quien ha señalado que para 2020 serán necesarios 1.800 millones de dólares (unos 1.618 millones de euros) para dar ayuda humanitaria a 8,1 millones de personas.