MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha condenado este martes el atentado perpetrado el sábado contra un convoy de civiles evacuados que se encontraba bloqueado cerca de la ciudad siria de Alepo, que ha dejado al menos 126 muertos, entre ellos 68 menores.
En su comunicado, la presidenta del organismo, la embajadora estadounidense, Nikki Haley, ha tildado el "bárbaro" y "cobarde" ataque en Rashidin, expresando las "profundas condolencias" de los países miembro del Consejo de Seguridad a los familiares de las víctimas y al pueblo de Siria.
El organismo ha recalcado además que "el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones constituye una de las amenazas más graves para la paz y la seguridad internacional", agregando que "cualquier acto de terrorismo es criminal e injustificable".
Por su parte, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, ha advertido de que el atentado podría constituir un crimen de guerra, agregando que por el momento no se ha podido confirmar la autoría del mismo.
Sin embargo, las imágenes recopiladas por la oficina que encabeza apuntan a que un grupo de niños se reunión alrededor de una persona que repartía dulces antes de que se registrara la explosión.
Según fuentes sirias a la televisión libanesa Al Mayadin, el atentado fue perpetrado por un terrorista suicida al volante de "un vehículo con tracción a las cuatro ruedas" que comenzó a atraer a los miles de evacuados, sobre todo a los niños, con alimentos infantiles en el maletero del vehículo, "cargado con una tonelada de explosivos".
Estas mismas fuentes apuntan que la ejecución del atentado invita a pensar en la participación de un grupo rebelde por varios motivos. "La zona de Rashidin, donde ha sucedido el ataque, está ocupada por la oposición siria que financian las potencias occidentales y las monarquías árabes", según estas fuentes.
Por contra, el grupo rebelde Ahrar al Sham, uno de los principales negociadores del acuerdo de evacuación con las autoridades sirias, ha negado toda responsabilidad en el "cobarde ataque" que "sirve a las políticas sectarias del régimen sirio".
"Este ataque va contra los principios del Islam y sirve a las políticas sectarias de un régimen que, como beneficiado de este ataque, intenta encubrir las masacres de Ghuta y Jan Shaijun", según un comunicado colgado por el grupo en su cuenta de Twitter, donde hace referencia a dos ataques químicos de los que se responsabiliza a las autoridades sirias.
Los evacuados eran civiles residentes en Fua y Kefraya, dos localidades de la provincia de Idlib de mayoría chií sitiadas por los rebeldes. El acuerdo contemplaba además la evacuación de Madaya y Zabadani, en Damasco, situadas por el Ejército sirio.
Un intento previo de evacuar Fua y Kefraya en enero fue impedido por los rebeldes, que incendiaron varios de los autobuses que iban a ser utilizados en el proceso.
Las evacuaciones iban a tener lugar en el marco de la evacuación de civiles de la zona oriental de Alepo tras su caída en manos del Ejército tras varios años en poder de los rebeldes.