MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha expresado este miércoles su "profunda preocupación" por el incremento de la violencia en Burundi, en medio del estancamiento de la crisis política en el país.
En una declaración presidencial, el organismo ha mostrado su inquietud por "el aumento de las violaciones de Derechos Humanos, incluidas las ejecuciones extrajudiciales, las torturas y las detenciones ilegales", así como por la impunidad generalizada en el país.
Así, ha recalcado la importancia de respetar la Constitución y el Acuerdo de Arusha para la Paz y la Reconciliación, agregando que la situación actual podría truncar los avances logrados en ese terreno y tener consecuencias desastrosas para el país y la región.
Por ello, ha reclamado a todas las partes a rechazar la vía armada para resolver la crisis, al tiempo que ha reiterado su llamamiento a iniciar un diálogo inclusivo para evitar más sufrimiento a la población.
La Policía burundesa ha señalado este mismo miércoles que más de una decena de personas han muerto en unos enfrentamientos que se han extendido durante los últimos dos días.
La nación centroafricana ha experimentado casos de violencia esporádica desde abril, cuando el presidente, Pierre Nkurunziza, declaró su intención de presentarse para un tercer mandato. Un movimiento que la oposición señala como una violación de la Constitución y del tratado de paz que pusieron fin a la guerra civil en 2005.
Nkurunziza juró su cargo el pasado 20 de agosto tras ganar unas elecciones boicoteadas por sus oponentes, si bien el principal líder opositor, Agathon Rwasa, fue posteriormente elegido como vicepresidente del Parlamento.
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), casi 145.000 personas han huido de Burundi hacia Tanzania, República Democrática del Congo y también hacia Ruanda, país con el que comparten una mezcla étnica similar y que sufrió un genocidio en 1994 en el que 800.000 personas fueron asesinadas.