MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no ha votado finalmente este miércoles el borrador de resolución presentado por Estados Unidos, Reino Unido y Francia sobre el supuesto ataque químico en la provincia siria de Idlib, debido a que no contaba con el apoyo de nueve de los 15 miembros del organismo.
Horas antes, el Gobierno ruso tildó de "inaceptable" el proyecto, entre otras cosas porque se sustenta en información ofrecida por dos organizaciones cuya credibilidad Moscú pone en tela de juicio.
"El texto presentado es rotundamente inaceptable", dijo la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, subrayando que el proyecto "anticipa los resultados de la investigación y simplemente señala a los culpables".
Según la portavoz, Rusia considera que actualmente no es necesario aprobar una nueva resolución al respecto y que "son suficientes las decisiones tomadas anteriormente para llevar a cabo una investigación escrupulosa de este hecho".
Así, Zajarova ha restado credibilidad a la información ofrecida sobre el supuesto ataque por la Defensa Civil Siria, conocida como 'cascos blancos', y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
"Todos los datos falsificados sobre el tema provienen de los tristemente conocidos Cascos Blancos y el impresentable Observatorio Sirio para Derechos Humanos, con sede en Londres", destacó.
De hecho, el portavoz de la delegación rusa ante la ONU, Fiodor Strzhozhovski, ha anunciado que Moscú ha presentado un borrador propio de resolución para investigar el citado ataque.
"Proponemos nuestro proyecto, breve y práctico, encaminado a una investigación real y no a denunciar a loa culpables antes de determinar qué sucedió", ha dicho, según ha informado la agencia rusa de noticias Sputnik.
La reunión celebrada este miércoles ante el organismo internacional ha contado con la participación del Alto Representante de la ONU para Asuntos de Desarme, Kim Won Soo, quien ha afirmado que, si bien aún no se conocen muchos detalles del suceso, podría ser el mayor ataque con armas químicas desde agosto de 2013.
EL ATAQUE
La inmensa mayoría de la comunidad internacional ha acusado al Gobierno de Bashar al Assad de estar detrás del ataque de este martes, perpetrado en la localidad de Jan Sheijun, controlada por los rebeldes.
Sin embargo, el Gobierno de Rusia ha afirmado este mismo miércoles que el Ejército sirio bombardeó una fábrica de armas químicas en la localidad, descartando un ataque químico por parte de las fuerzas gubernamentales.
Según el balance proporcionado por la Unión de Organizaciones de Asistencia Médica y de Socorro (UOSSM), al menos cien personas han muerto y unas 400 han sido atendidas con síntomas de asfixia tras el supuesto ataque químico.
Naciones Unidas ha alertado de que el uso de armas químicas es "extremadamente alarmante y preocupante", resaltando que el uso de armas químicas en cualquier parte del mundo constituye una grave amenaza para la paz y la seguridad y es una violación muy seria del Derecho Internacional".
Por su parte, el Ministerio de Exteriores sirio ha negado la implicación del Gobierno en el presunto ataque químico de este martes, afirmando que se trata de "acusaciones inventadas" para entorpecer la "lucha contra el terrorismo" que se libra en el país.