El apartado sobre el alto el fuego termina en fracaso por la ausencia de los militares en el encuentro
MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los mediadores internacionales en el conflicto de Sudán han terminado diez días de conversaciones en Ginebra (Suiza) con la promesa tanto del Ejército sudanés como de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de abrir nuevas rutas humanitarias para paliar la situación de hambruna declarada hace dos semanas en el campo de refugiados de Zamzam, en la región de Darfur.
Este compromiso ha sido prácticamente el único aspecto positivo de las negociaciones, dificultadas según han reconocido los mediadores por la ausencia de una delegación de los militares, quienes insistían en acudir reconocidos como el Gobierno legítimo del país.
Los militares, cabe recordar, estaban al frente de Sudán desde antes de que comenzara el conflicto tras expulsar por la fuerza a todas las fuerzas civiles del proceso de transición abierto después de la caída del dictador Omar al Bashir en 2019. Tanto el Ejército como las RSF han sido acusados por organizaciones internacionales de cometer atrocidades contra la población desde el estallido de un conflicto que empezó en abril del año pasado, cuando fracasaron las negociaciones de integración del grupo paramilitar en las filas del Ejército regular sudanés.
"Aunque estuvimos en constante comunicación con las Fuerzas Armadas de Sudán de manera virtual, lamentamos su decisión de no estar presentes y creemos que ello ha limitado nuestra capacidad de lograr avances más sustanciales en cuestiones clave, en particular un cese nacional de las hostilidades", han señalado los mediadores, el llamado Grupo de Países Alineados para el Progreso hacia la Paz y el Salvamiento de Vidas en Sudán (ALPS, por sus siglas en inglés), en su comunicado final.
El aspecto humanitario, sin embargo, sí que ha registrado "avances postivos", en palabras del enviado de EEUU para Sudán, Tom Perriello, portavoz de un grupo conformado también por Suiza, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Egipto, con la asistencia de la Unión Africana y Naciones Unidas.
A la ruta abierta hasta ahora en el paso de Adre en la frontera con Chad -- un recorrido enormemente difícil, que este pasado jueves resultó cerrado por un periodo de tiempo no especificado, según informó la agencia Bloomberg citando al coordinador humanitario de la ONU en Sudán, Eddie Rowe --, la reunión de Ginebra se ha centrado en la apertura de otro paso desde Dabá (Puerto Sudán, en el mar Rojo) y a través el paso de Sennar, en el sureste del país, frontera con Etiopía.
Estas rutas tienen un objetivo primordial: la distribución de ayuda alimentaria para los más de 400.000 desplazados que intentan sobrevivir en el campamento de Zamzam, en la región de Darfur Norte, donde el estado de hambruna fue declarado a principios de mes. Allí, al menos una de cada cinco personas padece, según el indicador de la Comisión para la Investigación de la Hambruna (FRC, por sus siglas en inglés), validada por Naciones Unidas, "extrema falta de comida y se enfrenta a la muerte por inanición".
"Los camiones de ayuda están en camino para proporcionar ayuda contra el hambre en el campamento de Zamzam y otras partes de Darfur", según la declaración conjunta. "Estas rutas deben permanecer abiertas y seguras para que podamos aumentar la ayuda en Darfur y comenzar a cambiar la marea contra la hambruna. La comida y el hambre no pueden usarse como arma de guerra", ha indicado.
Por otro lado, también han fracasado las conversaciones paralelas de paz abanderadas por Egipto. "El Gobierno egipcio también había programado una reunión con una delegación militar de Puerto Sudán, pero nos dijeron que había acabado después de que la delegación violara los protocolos", indicó Perriello en una publicación en la plataforma de redes sociales X, el pasado miércoles.