COVENTRY (INGLATERRA, REINO UNIDO), 26 (Reuters/EP)
El líder del Partido Laborista de Reino Unido, Jeremy Corbyn, ha abogado por que el país continúe en la unión aduanera pese a la ruptura con la Unión Europea, una hipótesis que ha sido descartada por la primera ministra, Theresa May, y que impediría la firma de acuerdos comerciales bilaterales con potencias emergentes.
"El laborismo buscará negociar una nueva unión aduanera entre Reino Unido y la UE para garantizar que no haya tasas con Europa y ayudaría a evitar una 'frontera dura en Irlanda del Norte", ha dicho Corbyn, en alusión al límite físico que separa al territorio británico de Irlanda.
El gesto de Corbyn da pie a una posible alianza entre laboristas y 'tories' descontentos con la línea oficial del Partido Conservador de cara al proceso parlamentario en ciernes. May aspira a cerrar un acuerdo de salida con la UE antes del mes de octubre, cinco meses antes de que se consume la ruptura.
Corbyn ha emplazado a los diputados "de todos los partidos" a "anteponer los intereses de la ciudadanía frente a las fantasías ideológicas" y ha advertido de que los laboristas no respaldarán ningún pacto que perjudique el empleo, los derechos o el nivel de vida de los británicos.
El líder opositor británico, sin embargo, se ha posicionado del lado de la primera ministra en lo que se refiere al mercado único, ya que los dos políticos son partidarios de la salida de este sistema para que Reino Unido controle el flujo migratorio.
EL GOBIERNO MANTIENE SU POSTURA
Un portavoz de Downing Street ha confirmado que May no ha cambiado de idea: "El Gobierno no dará su apoyo a una unión aduanera". "Queremos libertad para firmar nuestros propios acuerdos comerciales y llegar a todo el mundo", ha argumentado este portavoz, que ha hablado en cambio de una "alianza aduanera" o de un "acuerdo aduanero muy simplificado" con la UE.
El Ejecutivo encara sin plenas garantías la tramitación de las leyes a partir de las cuales se cimentará el Brexit y teme la aprobación de enmiendas alternativas. May dispone de un margen de 13 escaños, pero los medios británicos especulan con el posible desmarque de entre 10 y 15 parlamentarios.
Los laboristas también están divididos, ya que el fin de semana más de 80 destacados dirigentes reclamaron a Corbyn que pidiese la continuidad en el mercado único. El partido, en cualquier caso, no parece dispuesto a solicitar que se convoque un segundo referéndum.