GINEBRA, 22 Ago. (Reuters/EP) -
Corea del Norte y Estados Unidos se han enzarzado este martes en la Conferencia de Desarme de la ONU a cuenta de sus respectivas amenazas militares y el régimen de Kim Jong Un ha aprovechado para subrayar que "nunca" renunciará a su industria nuclear, ni la pondrá como moneda de cambio en una hipotética mesa de negociaciones.
El representante de Estados Unidos en el foro de Ginebra, Robert Wood, ha asegurado que la principal prioridad del presidente norteamericano, Donald Trump, es proteger al país y a todos sus aliados de la "creciente amenaza" de Corea del Norte, para lo cual está dispuesto a recurrir a "un amplio abanico" de opciones.
En el contexto actual, ha añadido, "la vía del diálogo aún es una opción" para Pyongyang, que debe elegir entre seguir por su actual camino militar o dejarlo de lado para mejorar las condiciones de la ciudadanía y lograr la aceptación internacional.
Sin embargo, el enviado norcoreano, Ju Yong Chol, ha dejado claro que para el régimen de Kim Jong Un la "disuasión nuclear" y el desarrollo de misiles balísticos intercontinentales no están abiertos a negociaciones, en la medida en que considera que se tratan de "opciones legítimas para la autodefensa". Ju ha alegado que Estados Unidos realiza "amenazas nucleares constantes".
Las autoridades norcoreanas han criticado especialmente en los últimos días la maniobras militares que Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron el lunes y, por boca de Ju, ha avisado de las consecuencias que podrían tener dichos ejercicios: "La actual aventura militar sin duda echa gasolina al fuego, llevando a una situación tensa a un mayor deterioro".
Japón, por su parte, coincide con Estados Unidos en la necesidad de mantener la presión sobre Corea del Norte hasta que este último país dé pasos claros hacia la desnuclearización. El ministro de Exteriores nipón, Taro Kano, incluso ha señalado que "no es momento de discutir (la reanudación) de las conversaciones a seis bandas".