LONDRES, 6 Jul. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
El régimen norcoreano ha enviado a cientos de "esclavos estatales" a países de la UE para tratar de recaudar dinero con el que sortear las sanciones promovidas desde la comunidad internacional, según un informe de la Alianza Europea para los Derechos Humanos en Corea del Norte (EAHRNK, por sus siglas en inglés).
Según un informe de la ONU difundido el año pasado, unos 95.000 norcoreanos trabajan en el extranjero y permiten al Estado ingresar entre 1.200 y 2.300 millones de dólares. La mayoría están destinados en Rusia o China, pero también hay casos en países africanos o de Oriente Próximo como Qatar, en este último caso en las obras para el Mundial de fútbol de 2022.
Estos trabajadores tienen turnos de entre 10 y 12 horas, seis días a la semana, y repatrían hasta el 90 por ciento del salario a su país de origen. Los sueldos europeos permiten, en este sentido, una mayor recaudación para el régimen de Kim Jong Un, por lo que cientos de norcoreanos han terminado trabajando en países de la UE --con mayores ingresos--.
La mayoría de los ciudadanos de Corea del Norte que trabajan en la UE lo hace en astilleros, granjas y obras de Polonia, aunque también hay casos en otros países como Malta, donde se reparten principalmente entre empresas de ocio y de moda.
El director de la EAHRNK, Michael Glendinning, ha explicado que Pyongyang tiene "pleno control" de estas personas y "se beneficia ampliamente" de su explotación, aunque un portavoz de la Embajada norcoreana en Varsovia ha insistido en que "trabajan y ganan dinero para sí mismos".
EXPLOTACIÓN
El informe pone sobre la mesa las condiciones límite a la que están sometidos estas personas, que llegan a trabajar más de 70 horas a la semana. Sin contratos ni nóminas, deben entregar sus pasaportes y tienen limitados sus movimientos, hasta el punto de que son obligados a participar en sesiones de adoctrinamiento.
Además, el régimen de Kim Jong Un sólo elige a trabajadores casados y con hijos, lo que garantiza tener también a un grupo de "rehenes" susceptibles de ser sometidos a todo tipo de castigos. De esta forma, si el trabajador abandona, su familia puede ser enviada a campos de detención o trabajo o, en los casos más extremos, ser ejecutada.
"Lo que estamos viendo es un mini Pyongyang exportado. Envían literalmente sus abusos de los Derechos Humanos a la UE y lo estamos tolerando", ha lamentado Glendinning. El Índice Global de la Esclavitud estima que una de cada 20 personas vive sometida laboralmente bajo el yugo del régimen comunista.