El coronavirus añade una nueva amenaza sanitaria para los desplazados en el noreste de Nigeria

Desplazados internos en Borno
Desplazados internos en Borno - SCOTT HAMILTON/MSF - Archivo 

Actualizado: martes, 14 abril 2020 12:00

Sin la atención sanitaria adecuada y en las condiciones de hacinamiento en que viven, la desnutrición y otras enfermedades ya están presentes

MSF advierte de que para ellos el distanciamiento es un "lujo abstracto" y la falta de agua les impide lavarse las manos todo lo necesario

MADRID, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -

El noreste de Nigeria es escenario desde hace más de una década de la violencia del grupo terrorista Boko Haram y desde 2016 también de la de su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA). Como resultado de ello, se ha generado una grave crisis humanitaria que afecta sobre todo al estado de Borno, epicentro de la insurgencia, y que ha dejado 1,9 millones de desplazados.

Ahora que la pandemia de coronavirus ha llegado al país más poblado de África el principal temor es que se extienda hasta esta zona, donde la situación sanitaria ya era dramática. Por el momento, el país ha registrado 343 casos y diez fallecidos, según el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) nigeriano, ninguno de ellos por el momento en el noreste.

No obstante, a finales de marzo, el coordinador humanitario de la ONU en Nigeria, Edward Kallon, anunció que se estaban tomando medidas en Borno, Adamawa y Yobe con el fin de evitar las consecuencias humanitarias que el coronavirus tendría si llegara al noreste. "No esperaremos a que el Covid-19 llegue a los campos de desplazados internos antes de actuar", aseguró, subrayando que "ya han sufrido bastante tras una década de conflicto".

Según Kallon, la prioridad de la ONU es mantener la asistencia a los más vulnerables, especialmente en materia sanitaria. De acuerdo a los datos de la ONU, ya antes de la pandemia el 35 por ciento de las instalaciones sanitarias de Borno, Adamawa y Yobe estaban dañadas como resultado del conflicto y las campañas de vacunación y otros servicios básicos se veían obstaculizados por los problemas de acceso a muchas zonas. Además, en 2019 solo se recibieron el 25 por ciento de los fondos solicitados para atención sanitaria por Naciones Unidas y las ONG.

Médicos Sin Fronteras (MSF) trabaja en Borno desde 2014. "En este tiempo hemos sido testigos de las deplorables condiciones de vida de los desplazados internos, muchos de los cuales sufren de enfermedades endémicas por el hacinamiento, como enfermedades relacionadas con el agua e infecciones respiratorias como la neumonía, la cual ha sido identificada como una amenaza significativa" ante el contagio por Covid-19, destaca la jefa de misión de la ONG en el país, Siham Hajaj.

En unas semanas comenzará la estación de lluvias, lo que hará aumentar los casos de malaria y desnutrición que MSF trata en sus hospitales de Maiduguri, Ngala, Pulka y Gwoza, previsiblemente llenos en este periodo del año. "No se debe subestimar el efecto que el Covid-19 tendrá en nuestros pacientes pero si se permite que el caos provocado por esta pandemia limite la asistencia humanitaria, los resultados serán catastróficos", previene la responsable de MSF.

HAY QUE MANTENER LA ASISTENCIA

"Ahora más que nunca, es crucial que las personas vulnerables tengan acceso no solo a agua, jabón, refugio, sino también a comida, educación y protección", coincide Kallon, que explica que las ONG han instalado puntos para el lavado de manos en los campos de desplazados, están distribuyendo jabón y "enseñando a las mujeres cómo producirlo". Asimismo, se están llevando a cabo campañas de concienciación y sensibilización sobre el coronavirus.

Hajaj subraya que la falta de instalaciones de agua y saneamiento en los campos de desplazados "exacerba la amenaza que plantea el Covid-19". "Esta brecha, junto con los niveles de hacinamiento, y las cuestiones de salud endémicas por la falta de las infraestructuras de salud correspondientes, ponen de relieve la vulnerabilidad de la población", subraya la responsable de MSF.

No obstante, incide en que, aunque "sin duda el Covid-19 supone un peligro", "otras enfermedades y dolencias no remitirán". "No podemos permitir que esta pandemia perturbe otra asistencia médica", alerta Hajaj, resaltando que seguir ofreciendo asistencia sanitaria en un momento como el actual "es esencial y salvará vidas".

El coronavirus, agrega la jefa de misión de MSF, "no es la única amenaza a la que se enfrentan los habitantes de Borno". Para quienes desde hace una década sufren las consecuencias del conflicto, "el distanciamiento social es un lujo abstracto y el lavado frecuente de manos reduce un recurso preciado", advierte.

DE VIGILANTES DE LA POLIO A VIGILANTES DEL COVID-19

Nigeria es el único país de África que aún no ha sido declarado libre de polio, si bien se espera que esto pueda ocurrir el próximo mes de junio, después de que no se haya detectado ningún caso desde 2016. De alertar de eventuales casos se encargan equipos de vigilancia entrenados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ya ha comenzado a formarles para que ahora puedan detectar casos sospechosos de coronavirus en los seis estados del noreste del país.

"Una forma de ganar la batalla contra el Covid-19 es mediante la implicación efectiva y el entrenamiento de estos oficiales de vigilancia y de las comunidades", subraya el coordinador de la OMS en Borno, Audu Idowu. Según explica la OMS, en los seis estados se han establecido centros de aislamiento en preparación por si se producen casos, además de centros de coordinación y emergencia.

Asimismo, con vistas una detección temprana de casos sospechosos, la OMS ha entrenado a casi 13.400 personas a distintos niveles para que actúen como informantes a nivel comunitario, mientras que ha formado al personal sanitario sobre la definición de casos, los síntomas, la búsqueda de casos activos y el seguimiento de contactos.

Por otra parte, la agencia de la ONU ha apostado igualmente por implicar en la respuesta y la prevención a los líderes tradicionales, después del papel clave que estos han desempeñado en la región a la hora de que la población aceptara la vacunación contra la polio. Así, espera que más de 50.000 líderes tradicionales y religiosos ayuden a propagar el mensaje.

Para ello, ya se ha hablado con los emires de Adamawa, Bauchi, Borno, Gombe, Yobe y Taraba. El 'shehu' de Borno, Abubakar Umar Garba, ha animado ya a los líderes religiosos y tradicionales a dar ejemplo observando el lavado de manos, el distanciamiento social o cómo toser, además de actar las prohibiciones de desplazamiento.

"Como padre real de Borno, practico con regularidad el lavado de manos, como recomienda la OMS para prevenir no solo el contagio por Covid-19 sino también de otras enfermedades", subraya el 'shehu'.