QUITO, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, hizo anoche un llamamiento a la "solidaridad internacional" tras la operación militar colombiana en territorio de Ecuador, en la que murió el 'número dos' de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al tiempo que previno a Bogotá de que esta "inaceptable agresión" no se solucionará con "una disculpa diplomática".
En un duro discurso a la nación, en el que anunció que la retirada del embajador ecuatoriano en Bogotá y el despliegue del Ejército en la frontera con Colombia, Correa arremetió nuevamente contra el Gobierno y el presidente colombiano, Álvaro Uribe, denunciando que "el territorio ecuatoriano ha sido bombardeado y ultrajado intencionalmente por parte de un gobierno extranjero".
"En la madrugada del sábado, nuestro país sufrió una inaceptable agresión de parte de las fuerzas militares colombianas a pretexto de atacar a grupos de las FARC que pernoctaban a tres kilómetros de la frontera colombiana, en territorio ecuatoriano", relató, precisando que tras revisar la zona el Ejército ecuatoriano "se confirma que Ecuador sufrió un planificado ataque aéreo y una posterior incursión de tropas colombianas".
Además, precisó que la mayoría de los 16 guerrilleros muertos estaba "en ropa de dormir" lo que descarta, según él, la versión de un ataque en legítima defensa. "Fue una masacre", aseveró, como ya hizo el sábado, precisando que "incluso se hallaron cadáveres con tiros en la espalda".
COLOMBIA HA MENTIDO A ECUADOR
"Todo esto demuestra que el Ministerio de Defensa colombiano, la Cancillería de dicho país y el propio presidente Uribe, más aún cuando me informó del hecho vía telefónica, le están mintiendo a Ecuador y al mundo" y llevó a cabo "una acción deliberada dentro de nuestro territorio, la cual atenta contra nuestra soberanía, los acuerdos bilaterales con Colombia y el Derecho Internacional".
"No podemos confiar en un gobierno que traiciona la confianza de un pueblo hermano", subrayó, por lo que previno a Colombia de que "en esta ocasión, no será suficiente una disculpa diplomática del Gobierno de Bogotá". "Exigimos compromisos firmes y formales ante la comunidad internacional que garanticen que no se repetirán estos inaceptables hechos que se suman a la serie de atropellos sufridos por Ecuador como consecuencia de la violencia imperante en Colombia", aclaró.
Correa, al que el Gobierno colombiano ha acusado posteriormente de mantener contactos con las FARC en virtud a un documento hallado en el ordenador de 'Raúl Reyes', afirmó que Ecuador ha demostrado su "voluntad de aportar a la solución del conflicto armado de Colombia, a fin de alcanzar la tan ansiada paz; y en el momento actual, incluso por motivos humanitarios, llegar a la pronta liberación de los rehenes".
En este sentido, insistió en que Quito no aceptará que "a pretexto del combate a lo que ellos llaman terrorismo se implanten doctrinas y prácticas inaceptables de irrespeto a la soberanía de los Estados". "El derecho internacional exigía que nos informasen y que sea la fuerza pública ecuatoriana la que realice la captura, como ya ha ocurrido en múltiples ocasiones, siempre con respeto absoluto a los Derechos Humanos", puntualizó.
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
Por todo ello, y tras la que calificó de "más grave, artera y verificada agresión que el Gobierno del presidente Uribe ha ocasionado a Ecuador", Correa hizo un llamamiento "a la solidaridad de la comunidad internacional y, particularmente, regional".
En este sentido, precisó que ayer mantuvo conversaciones con varios presidentes regionales, incluidos los de Argentina, Bolivia, Chile, Cuba y Venezuela, y con los secretarios generales de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN) "para compartir con ellos la gravedad de la situación". Asimismo, precisó les ha planteado "la elaboración conjunta de una propuesta dirigida a detener este tipo de conductas e impedir la internacionalización del conflicto colombiano".
Por último, tras expresar "la vocación de paz" de Ecuador y su respeto por el Derecho Internacional, ratificó "la inquebrantable voluntad de mi Gobierno y de todo el pueblo ecuatoriano de llegar hasta las últimas consecuencias para hacer respetar la soberanía del país".