BUENOS AIRES, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Corte de Apelaciones de Estados Unidos ha rechazado este lunes la decisión del juez Thomas Griesa de destinar a los "fondos buitre" los 540 millones de dólares que Argentina depositó en 2014 en el Bank of New York Mellon (BoNY) para pagar a los bonistas que accedieron a reestructurar la deuda.
La sede jurisdiccional se ha ratificado en su resolución de hace un año confirmando con ello el varapalo judicial a Griesa y a los fondos de inversión estadounidenses, y dando oxígeno a la causa defendida por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
El Estado argentino depositó en el BoNY cerca de 540 millones de dólares para satisfacer a los bonistas que se sumaron a las reestructuraciones de 2005 y 2010, pero Griesa ordenó congelar este pago con la intención de destinarlo también a los "fondos buitre".
Buenos Aires intentó seguir adelante con el pago de la deuda a los bonistas de las reestructuraciones, pero Griesa lo impidió hasta en tres ocasiones, abriendo así el debate sobre si la nación austral había incurrido en cesación de pagos.
El Gobierno argentino recurrió la decisión de Griesa y la justicia estadounidense le dio la ocasión hasta en dos ocasiones, reclamando al magistrado que acotara "la clase" de bonista que debía recibir este dinero, de acuerdo con 'Clarín'.
"Después de que esta Corte revocara dos veces sentencias dictadas por el Tribunal de Distrito a favor de los demandantes, en lugar de seguir nuestras instrucciones, el Tribunal de Distrito certificó con acciones de clase expandidas", criticó la Corte en una resolución anterior.
"FONDOS BUITRE"
El país suramericano incurrió en 2002 en una cesación de pagos de unos 100.000 millones de dólares, deuda que se reestructuró en su mayor parte pagando menos de 30 centavos por cada dólar a los acreedores en 2005 y 2010.
Una minoría de bonistas, a los que el 'kirchnerismo' se refiere como "fondos buitre", optaron por demandar a Argentina en tribunales de Estados Unidos, donde obtuvieron un fallo favorable en su reclamo del pago total de la deuda.
Obviando este fallo, Argentina depositó en 2014 el dinero necesario para pagar a los bonistas de las reestructuraciones, pero Griesa bloqueó esos fondos para dar prioridad a los 'holdouts', lo que provocó que el país entrara en suspensión de pagos el 30 de julio de ese año.