Gran parte de los más de 700.000 inmigrantes indios en los países del Golfo viven en condiciones de esclavitud
MADRID, 8 May. (EDIZIONES) -
El año pasado, la emigrante india Kashturi Munirathinam escapó por la ventana del tercer piso de un domicilio saudí donde hacía labores de cuidado social. Acabó ingresada en un hospital con gravísimas heridas en una mano que terminaron en una amputación. La familia saudí para la que trabajaba indicó -- una apreciación que compartió la Policía del reino árabe -- que se hizo los cortes al intentar escapar pero Kashturi denunció que la mujer que cuidaba seccionó su brazo con un cuchillo antes de caer por la ventana y sufrir una caída que casi la paralizó de cintura para abajo.
La criada, de 55 años de edad y procedente del estado de Tamil Nadu, denunció desde el hospital las condiciones infrahumanas a las que se vio sometida durante los dos únicos meses en los que trabajó para la familia saudí. "Se quedaron con mi salario, con mi pasaporte, con mi teléfono. Pensé que iban a matarme. No me daban lo suficiente para comer. Tenía que escapar", declaró a la Fundación Thomson Reuters desde su hogar en Vellore.
La familia saudí, por contra, se limitó a indicar que Kashturi se encerró en una habitación cuando la anciana a la que cuidaba estaba rezando. En una versión que no disputan ninguna de las dos partes, Kashturi ató varias sábanas para formar una cuerda de tela que lanzó por la ventana. Resbaló al descolgarse y se precipitó al vacío. Solo difieren en los motivos de su amputación. Doce meses después, la familia saudí todavía no ha sido acusada y Kashturi se ha convertido en el rostro del tráfico de personas en Arabia Saudí.
MÁS DE 700.000 DESPLAZADOS EN EL GOLFO
Los países del Golfo son tradicionalmente destino de los inmigrantes indios de estados como Tamil Nadu y el vecino Kerala, aunque de un tiempo a esta parte el Gobierno indio también ha abierto oficinas de emigración en los estados de Rajastán y Uttar Pradesh. Actualmente hay seis millones de indios en los seis estados del Golfo: Bahréin, Kuwait, Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Omán.
Kashturi se marchó a Arabia Saudí bajo la promesa de que cobraría una mensualidad de 250 dólares, tres veces más que el salario habitual en su país para una empleada del hogar (75 dólares) y suficiente como para cubrir los 450 que debía tras costear las bodas de sus hijas y construir una casa.
Sucede que el viaje a Arabia Saudí no es ni mucho menos barato. Los inmigrantes indios se gastan del orden de 1.600 dólares para llegar a Riad, la mitad de los cuales se llevan las agencias de viaje, las agencias de trabajo y los gobiernos por emitir los visados.
Además, en no pocas ocasiones los salarios quedan por debajo de lo prometido, como descubrió Kashturi a su llegada. Una reciente encuesta realizada a 20.000 hogares revela que el 39 por ciento de las mujeres y el 21 por ciento de los hombres que trabajan fuera de India no están recibiendo los salarios pactados.
"Es un ciclo en el que no hay comida, no hay descanso y los salarios son mentira", denuncia el representante del Sindicato de los Trabajadores Domésticos de Tamil Nadu, Clarammal Panipitchal. "Una mujer de Tuticurin, en Tamil Nadu, intentó suicidarse hace poco. Ese era su 'billete de vuelta'", lamenta Paniptichal.
ACUERDOS INEFICACES
El desplazamiento de los inmigrantes indios al Golfo está, teóricamente, regulado por una serie de acuerdos firmados durante la década de los 80 entre las autoridades de India y de los países árabes. Los activistas, sin embargo, denuncian que estos pactos han sido en su mayor parte ineficaces porque se limitan a incrementar las posibilidades de encontrar trabajo, y no de garantizar derechos cuando llegan allí.
"La gente llega a su destino sin contrato ni permiso de trabajo. Tras 90 días expira su visado de turista y acaban como indocumentados en una tierra extraña. Y ahí es cuando comienza el infierno", explica el coordinador laboral de la extraoficial Iniciativa Migratoria en Arunodhaya, Bernard D'Sami. A grandes rasgos, lo que se persigue es contratar a personas sin derecho de estancia para explotarlas a voluntad.
Por ejemplo, Kashturi declaró que su agente de viajes decidió en el último momento que su destino fuera Dubai, en lugar de Riad, acompañada de una marabunta de personas de diversos estados, que se pasaron tres días hacinadas en Sri Lanka antes de ser distribuidos en avión por varios países.
La Embajada saudí no se ha pronunciado sobre este caso que ha dejado a Kashturi completamente incapacitada. "Me he convertido en una dependiente que necesita ayuda hasta para peinarse. El Gobierno indio me ha dicho que puedo recibir una prótesis gratuita pero no tengo dinero para el taxi que me lleve al hospital. Todo por un viaje que comenzó para ganarme el pan de mi familia", lamentó.