MADRID, 9 Dic. (Por Eloisa Molina, World Vision) -
Los niños de la región de Kasai, en la República Democrática del Congo (RDC), están viviendo la peor cara de la violencia. En la mayoría de los casos, los niños se han visto obligados a huir para salvar sus vidas varias veces. Niños reclutados en milicias, niños soldado... Niños que nunca olvidarán lo que han visto.
En su informe '¿Alguien nos escucha?, World Vision ha reunido las entrevistas a 100 niños en la RDC en las que nos cuentan su historia. Entre otras cosas podemos descubrir que tres cuartas partes de los niños desmovilizados que han regresado a sus hogares continúan preocupados por la persecución y las represalias, mientras que los
efectos del conflicto aún persisten.
"Maté a cinco soldados y una vez la lucha fue muy dura y salí corriendo. No quería matar gente, pero me obligaron a hacerlo", cuenta Davide, de 15 años. "Lo peor fue ver los cadáveres de personas que conocía", añade.
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1. Un conflicto con numerosos actores implicados
Fue debido a una disputa local entre un jefe local y el Gobierno nacional. En Kasai Central, Jean-Prince Mpandi heredó la jefatura de Kamuina Nsapu en 2012, pero el Gobierno lo vio como alguien que estaba alineado con la oposición y se negó a reconocerlo. Mpandi, a su vez, comenzó a actuar contra cualquier símbolo del poder del Gobierno en su área.
Las tensiones aumentaron y el 12 de agosto de 2016, fue asesinado. El conflicto se extendió rápidamente y sus seguidores reclutaron a miles de personas en la milicia. También se crearon milicias contrarrevolucionarias, que comenzaron a atacar a las personas por motivos étnicos.
2. Naciones Unidas estima que el 60% de las personas reclutadas para las milicias son menores de 18 años, algunos con tan solo 5 años
Muchos niños fueron presionados u obligados a unirse a las milicias. Algunos niños escaparon cuando pudieron, otros quedaron heridos en los campos de batalla, y algunos han seguido ejerciendo la violencia hasta que las milicias se disolvieron. Sin embargo, sean cuales sean sus experiencias personales en las milicias, es muy importante que estos niños sean readmitidos en sus comunidades y encuentren la manera de seguir adelante con sus vidas.
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Muchos niños anhelan ir a la escuela y crear un futuro mejor para ellos, pero los padres no tienen 1,5 dólares al mes para pagar las tasas escolares. Para muchas familias que luchan por comer, parece una suma imposible.
3. La violencia coincide con un marcado aumento de la desnutrición en Kasai
Estamos hablando de entre un 20% a un 76% de familias afectadas. Es una de las muchas razones por las cuales la violencia es el peor crimen contra los niños en el mundo. La malnutrición ha aumentado un 750% en la región desde el comienzo de la crisis, porque las familias pasaron casi tres temporadas sin cultivos durante el conflicto, las reservas se
agotaron por completo y muchos tuvieron que acabar comiendo semillas.
Desde el otoño pasado, las familias han comenzado a plantar nuevamente, pero están luchando por cultivar lo suficiente para comer. UNICEF estima que 400.000 niños sufren de desnutrición aguda severa y corren el riesgo de morir si no reciben la ayuda que necesitan.
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4. Una crisis en la sombra y sin financiación por parte de la comunidad internacional
La región de Kasai incluía algunas de las provincias más pobres y menos desarrolladas de RDC antes del conflicto. Las escuelas, los centros de salud y los hogares fueron objetivos frecuentes, atacados y dañados. La respuesta a la crisis está falta de financiación.
World Vision ha ayudado a casi 500.000 personas en esta región a través de la distribución de alimentos, apoyo psicosocial, educación, agua y programas de higiene, pero muchos más siguen necesitando de forma desesperada ayuda humanitaria.
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La ONU estima que las necesidades psicosociales, la educación y la nutrición están especialmente mal financiadas en relación con otras crisis. Por ejemplo, de 859.000 niños y sus familias que necesitan apoyo y protección psicosocial en la región, OCHA estima que solo el 8 por ciento ha recibido ayuda.
5. La paz ha vuelto a la región de Kasai ahora pero la violencia aún persiste
La presencia de las fuerzas de paz de Naciones Unidas se incrementó a partir de diciembre de 2016, pero la violencia continuó aumentando hasta principios de 2017, cuando murieron dos observadores de la ONU. En el verano de 2017, la situación se había estabilizado y las agencias de ayuda, incluida World Vision, comenzaron a trabajar en la región.
Actualmente las milicias se han disuelto formalmente, pero las tensiones étnicas y las disputas políticas continúan causando episodios aislados de violencia.
Los niños dicen que se escuchan rumores sobre que las milicias están organizándose de nuevo y tienen miedo. Incluso si se mantiene la paz actual, las experiencias y la angustia causadas por el conflicto continuarán sintiéndose durante muchos años.
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"Estoy preocupada", confiesa Marie, de 15 años. "He escuchado que las milicias podrían estar comenzando de nuevo. Durante la guerra muchas personas fueron asesinadas. Es una de las cosas que no me gustan de las milicias, asesinan a mucha gente", subraya.
"Lo peor del conflicto eran los asesinatos, veíamos asesinar a personas y luego sus huesos en el suelo. Veíamos a gente que había sido asesinada pero sin que estuvieran sus cabezas", confirma Therese, de 12 años.