MADRID (EDIZIONES) -
El Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han rubricado el final de una guerra que comenzó hace más de medio siglo y ha dejado un reguero de ocho millones de víctimas. Han pasado tantos años, y tantas cosas, que las últimas generaciones ni siquiera recuerdan por qué empezó una lucha que ahora deberá continuar con las armas de la política.
1948-1964:
Las FARC nacen en las montañas de Marquetalia, un pequeño núcleo rural ubicado en el departamento de Tolima, en el corazón de Colombia, como "un movimiento revolucionario de carácter político militar", según se definen en su propio manifiesto.
Pero el origen de la insurgencia debe situarse mucho antes, en el contexto de un país sumido en la violencia entre conservadores y liberales que estalló en 1948, con el asesinato del candidato presidencial Jorge Gaitán y se prolongó hasta bien entrados los años sesenta.
El enfrentamiento entre "las élites" ocultó la gestación de una resistencia armada entre campesinos organizados para defender sus tierras, que desembocó en una miríada de repúblicas independientes, como la de Marquetalia.
"Nuestros fundadores fueron 48 campesinos que habitaban en Marquetalia (...) Sus líderes principales fueron Manuel Marulanda Vélez ('Tirofijo) y Luis Alberto Morantes ('Jacobo Arenas'), quienes encabezaron nuestra lucha hasta su muerte natural", cuentan las FARC.
La guerrilla se apoyó "en la inconformidad y la rebeldía de las grandes masas de desposeídos del campo y la ciudad" para alzarse en armas en respuesta al cierre de "las vías de la lucha política legal, pacífica y democrática".
"Hacemos parte de la marea mundial contra el imperialismo y el neoliberalismo, contra la destrucción del medio ambiente, contra el patriarcado y contra toda forma de discriminación entre los seres humanos", proclaman las FARC.
1964-1980:
El Gobierno de Guillermo León Valencia idea la 'Operación Soberanía' para poner de nuevo bajo la órbita del Estado colombiano a las Repúblicas Independientes --ya plagadas de guerrillas--, pero su fuerte resistencia precipita los acontecimientos: la ofensiva se centraría solo en Marquetalia, símbolo de la insurgencia.
El objetivo era "operar ofensivamente en el sur del Tolima trasladando allí el esfuerzo principal, con no menos de tres batallones y todo el apoyo aéreo disponible, para aniquilar la cuadrilla comandada por 'Tirofijo', evitando por todos los medios la generalización del conflicto".
La fuerza arrolladora de casi un millar de hombres logró tomar por tierra y por aire el caserío de Marquetalia y acabar con el sueño de la República Independiente izando la bandera colombiana.
Nada más lejos de la realidad. Los militares pusieron sus botas en el nido de las FARC pero 'Tirofijo' y el grupo de 50 guerrilleros que le seguían consiguieron huir hacia Riochiquito, donde las FARC diseñaron su agenda política y militar comenzado así una larga guerra.
Los primeros años son los más sangrientos. A las FARC se suman otras muchas guerrillas --ELN, EPL, M19, MAC y MOIR-- y los ataques se suceden multiplicando rápidamente las víctimas. Como respuesta, el Gobierno elabora el Estatuto de Seguridad y Defensa de la Democracia, que contempla la creación de grupos armados de civiles para su autodefensa. Nace así el paramilitarismo, que alcanza su auge en la década siguiente con las AUC.
1980-1986:
Los primeros intentos de acabar con la guerra en una mesa de negociaciones datan de la década de 1980. El pionero fue el presidente Julio César Turbay, que creó una comisión de paz liderada por su antecesor Carlos Lleras Restrepo, pero fracasó prácticamente antes de comenzar su andadura porque ni siquiera pudo contactar con las FARC.
El primer proceso de paz exitoso llega de la mano de Belisario Betancur, que desde su llegada a la Casa de Nariño se propuso buscar una solución política a la lucha de las FARC y las otras guerrillas colombianas.
Como muestra de su buena voluntad, Betancur impulsa una Ley de Amnistía para los rebeldes que se hizo realidad a final de 1982 y propició la instalación de una mesa de conversaciones en el municipio de La Uribe.
Los esfuerzos negociadores dan sus frutos en 1984 con el Acuerdo de La Uribe, que incluía un alto el fuego bilateral, el cese de los secuestros y la apertura de espacios políticos para los ex guerrilleros, y que desembocó en el nacimiento de la Unión Patriótica.
Pero la eliminación de 3.000 miembros del partido político surgido del proceso de paz y la toma del Palacio de Justicia por parte del M19 lapidaron las negociaciones con los rebeldes, que se levantaron con mayor virulencia.
1986-1990:
El Gobierno de Virgilio Barco emprende simultáneamente varios procesos, con Rafael Pardo como consejero presidencial para la paz, que resultan en la desmovilización del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y el EPL.
Sin embargo, el EPL no se desintegró totalmente: una facción disidente del EPL liderada por Francisco Caraballo continuó la lucha armada y sus remanentes siguen activos en nuestros días pero ya con los objetivos de una organización criminal dedicada al narcotráfico.
1990-1994:
El presidente César Gavirira retoma los esfuerzos negociadores con FARC y ELN, en un proceso de paz que lleva primero a Caracas (Venezuela) y después a Tlaxcala (México), en medio de los debates en el interior de Colombia para adoptar una nueva Constitución.
Estas negociaciones se frustraron por el secuestro a manos del EPL del ex ministro de Obras Públicas Argelino Durán Quintero, que murió de un ataque cardíaco mientras estaba en cautiverio.
1994-1998:
Ernesto Samper lanza una ofensiva negociadora con el ELN, al que incluso concede un estatus político. Los contactos se desarrollan entre Alemania y España y dan como fruto el preacuerdo Puerta del Cielo, que contemplaba la creación de una Convención Nacional para sentar a la mesa de negociaciones a todas las guerrillas.
Pero una vez más la posibilidad de la paz se esfuma por un atentado perpetrado por el ELN contra un oleoducto en el municipio de Machuca, Antioquía, que se salda con la muerte de 70 personas.
1998-2002:
Andrés Pastrana protagoniza el intento de alcanzar la paz más exitoso hasta la fecha. Lleva a los negociadores del Gobierno y las FARC a una zona de despeje militar –en la que están prohibidas las acciones armadas para ambas partes—en el municipio de San Vicente del Caguán.
Pastrana llega a reunirse personalmente con ‘Tirofijo’ y se firma el acuerdo de San Francisco para un alto el fuego. Pero la continuidad de las acciones guerrilleras en el resto del territorio colombiano acaban agotando la paciencia del Gobierno, que en 2002 pone fin al diálogo por el secuestro de un avión comercial.
Nada más naufragar el proceso de paz, las FARC secuestran en San Vicente del Caguán a la entonces candidata presidencial Íngrid Betancourt y su asesora política Clara Rojas. Seis años después fue liberada junto a siete militares, cuatro policías y tres estadounidenses en la ‘Operación Jaque’.
2002-2010:
Bajo la Presidencia de Álvaro Uribe se vive el periodo de mayor confrontación entre las fuerzas de seguridad y las guerrillas, con su delfín político, Juan Manuel Santos en el Ministerio de Defensa.
Uribe propinó importantes golpes a las FARC, entre los que destaca el bombardeo contra un campamento guerrillero en la selva ecuatoriana de Sucumbíos que se cobró la vida del entonces ‘número dos’ del grupo armado, ‘Raúl Reyes’.
A pesar del ánimo bélico de Uribe, posteriormente se ha sabido por boca de Santos que exploró la posibilidad de negociar la paz con las FARC, si bien nunca llegó a materializarse. Sí promulgó la Ley Justicia y Paz para la desmovilización de los grupos paramilitares, pero con poco éxito.
2010-2016:
El ascenso de Santos al poder supone un giro radical respecto a la política que su antecesor había orquestado contra las guerrillas, aunque su Gobierno no ha estado exento de éxitos militares: en 2011 acabó con el jefe de las FARC ‘Alfonso Cano’, que había sucedido a ‘Tirofijo’ tras su muerte natural en 2008.
En verano de 2012 el Gobierno da a conocer su intención de embarcarse en un nuevo diálogo de paz con las FARC que cristaliza en otoño de ese mismo año con el inicio de las negociaciones en La Habana, y varios países como garantes y acompañantes del proceso.
Pese a la continuidad de la guerra en Colombia, las FARC renuncian al secuestro y al reclutamiento de menores y declaran varias treguas unilaterales que facilitan la consecución de seis acuerdos de paz: desarrollo agrario y rural, participación política, drogas, víctimas, fin del conflicto y ratificación, implementación y verificación de lo pactado.
El 24 de agosto de 2016 concluyen las negociaciones de paz con un acuerdo final cuya refrendación fracasó en el referéndum del 2 de octubre por 6.430.396 a 6.367.862 votos. Sin embargo, ambas partes se comprometieron a mantener el alto el fuego y de inmediato se abre una ronda de contactos para incluir las demandas de los partidarios del 'No', liderados por los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana.
El 7 de octubre, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, es premiado con el Nobel de la Paz y ese mismo día el Gobierno y las FARC anuncian que habrá cambios en el acuerdo. El 21 de octubre, la delegación del Gobierno parte a La Habana para negociar de forma intensiva las propuestas del 'No' y finalmente el 12 de noviembre se anuncia un acuerdo sobre un nuevo texto.