GINEBRA, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -
Cruz Roja ha lanzado un llamamiento urgente para recaudar 3 millones de euros para asistir a los miles de rohingyas birmanos que siguen cruzando la frontera hacia Bangladesh ante la persecución de las autoridades. Los refugiados viven en condiciones muy precarias y sobre ellos se cierne ahora la llegada de la temporada de ciclones.
"La gente vive en circunstancias muy difíciles. La mayoría no tienen acceso a asistencia sanitaria convencional y no tienen suficiente comida", ha explicado el responsable de la sección de la Federación Internacional de la Cruz Roja en Bangladesh, Azmat Ulla. "Muchos están viviendo en estructuras provisionales precarias. Necesitamos incrementar nuestro apoyo, en particular ante los problemas que van a surgir con la llegada de las inundaciones y la temporada de ciclones", ha añadido.
Desde octubre de 2016 han llegado a Bangladesh unos 74.550 rohingyas, muchos de ellos acogidos en asentamientos abarrotados en el distrito de Cox's Bazar. Con los tres millones que pide la Cruz Roja, se podrá garantizar que 25.000 personas cuya llegada se prevé inminente tengan alimento, agua y atención sanitaria durante nueve meses.
Además se podrá formar a los voluntarios de la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh para dar apoyo psicosocial a las familias con problemas emocionales, se excavarán y repararán pozos y se mejorará el suministro de agua potable en general.
Desde enero de 2017, Cruz Roja ha aportado alimentos, agua desplazada y mantas a las familias que han ido llegando sin nada desde el otro lado de la frontera. Además, ha colaborado en la puesta en marcha de clínicas ambulatorias.
LA MINORÍA MÁS PERSEGUIDA
La rohingya es una de las minorías más perseguidas del mundo. Desde 1978, los rohingyas han ido llegando a Bangladesh en varias oleadas, huyendo de la represión en su Birmania natal.
Según el departamento de la Comisaría de Repatriación de Refugiados Rohingyas (CRRR), cerca de 250.000 rohingya entraron en Bangladesh en 1978 huyendo de la Operación Dragón llevada a cabo por el Gobierno birmano, una operación cuyo objetivo era evaluar la situación de los habitantes en zonas fronterizas y tomar medidas "contra los extranjeros que habían entrado de forma ilegal en el país".
Esta operación acabó con la expulsión y detención masiva de rohingyas, a los que no se consideraba ciudadanos. Entre 1991 y 1992 la ola fue similar: otros 250.000 musulmanes entraron a Bangladesh a través de las fronteras de Cox's Bazar y Bandarban, donde el Gobierno levantó 21 campamentos temporales para ellos.