BERLÍN 8 Dic. (Reuters/EP) -
La Unión Social Cristiana (CSU), aliada del partido de la canciller alemana, Angela Merkel, ha desatado una oleada de críticas tras sugerir que las familias inmigrantes que quieran permanecer en el país sean obligadas a hablar alemán en sus casas.
La CSU, partido hermano de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), ha presentado su propuesta en un borrador que podría ser aprobado por la cúpula de la formación durante la jornada de este lunes.
La propuesta ha sido formulada en medio del incremento de la inmigración en el país, especialmente desde los países de Europa del Este integrados en la Unión Europea como Polonia, Rumanía y Bulgaria, así como de los solicitantes de asilo que huyen de la guerra en Siria.
Algunos miembros de la CSU han mostrado su preocupación ante la posibilidad de que esta situación provoque que sus votantes tradicionales se acerquen al partido Alternativa por Alemania (AfD), que aboga por una línea más dura en temas migratorios.
La propuesta de la formación ha sido criticada rápidamente por el resto de partidos de la coalición de Merkel, incluido el secretario general de la DCU, Peter Tauber. "No es asunto de los políticos si hablo latín, klingon o (dialecto) hessio en mi casa", ha subrayado.
Por su parte, la secretaria general de los Socialistas Demócratas (SPD), Yasmin Fahimi, ha dicho que la propuesta es "totalmente absurda". "El Estado no tiene papel alguno que jugar a la hora de decidir qué idioma habla la gente en su casa", ha recalcado.