MADRID, 30 Jun. (EDIZIONES) -
"Los estados débiles y fallidos suponen un reto para la comunidad internacional". Bajo esta premisa el Fund for Peace (Fondo para la Paz, FFP) elabora desde hace doce años el Índice de Estados Frágiles, en el que se analiza la situación de 178 países en base a sus niveles de estabilidad y las presiones que enfrentan.
El objetivo de este informe, elaborado por la plataforma de análisis Conflict Assessment System Tool (CAST) del Fondo, es ser una herramienta que permita poner de relieve "no solo las presiones normales que experimentan todos los países, sino también identificar cuándo esas presiones están empujando a un país al borde de ser fallido", explica en su última edición.
Dado que vivimos en un mundo interconectado, "las presiones en un país frágil pueden tener graves repercusiones no solo para dicho país y sus ciudadanos, sino también para sus vecinos y otros países en otras partes del globo", advierte, incidiendo en que las líneas de división surgen por motivos como el idioma, la religión, la raza, la etnia, la casta o incluso la zona de origen y pueden generar en conflictos.
En opinión de los autores del Índice, "las razones para la debilidad y el fracaso de un estado son complejas pero no impredecibles" pero para ello hay que seguir de cerca "las condiciones que contribuyen a la fragilidad" y estar preparados para actuar contra ellas o mitigar sus efectos.
En la elaboración del ránking, el Fondo para la Paz analiza millones de documentos cada año con el fin de extraer datos que permitan puntuar a los países en base a doec indicadores políticos, sociales y económicos y más de un centenar de subindicadores.
El resultado de ello es un listado de países en los que aquellos que tienen la puntuación más baja son considerados como los menos frágiles y aquellos con una puntuación más alta los más inestables. Para la publicación de la edición de este año se han tomado en consideración datos del año 2015.
En 2016, 78 países mejoraron sus datos con respecto al año anterior, mientras que 77 empeoraron y otros 23 no registraron cambios o fueron muy marginales. Este resultado es peor al registrado en 2015, cuando hubo 108 países que mejoraron y solo 52 que empeoraron.
Según el Fondo para la Paz, hay mucho por lo que preocuparse durante este año, dados los datos que revela el índice, empezando por la crisis de refugiados en Europa y pasando por los conflictos en Siria, Yemen y Libia, así como la amenaza que suponen en varios países organizaciones terroristas como Estado Islámico o Boko Haram.
El listado lo encabeza este año Somalia, seguido de Sudán del Sur, República Centroafricana, Yemen, Sudán, Siria, Chad y República Democrática del Congo, países que se considera que están en "alerta muy alta". Tras ellos siguen, en "alerta alta", Afganistán, Haití, Irak, Guinea, Nigeria, Pakistán, Burundi y Zimbabue.
La otra cara de la moneda es Finlandia, al que el Índice califica de país "muy sostenible", seguido de Noruega, Nueva Zelanda, Dinamarca, Suiza, Australia, Irlanda, Suecia, Islandia y Canadá. En el caso de España aparece identificada en el puesto 153 como país "muy estable".