MADRID, 10 Abr. (Por Hema Balasundaram, UNICEF) -
En la zona norte de la región de Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur (SNNPR, por sus siglas en inglés) de Etiopía, los bidones amarillos están por todas partes: en las carreteras principales y en las calles polvorientas, transportados en las manos o apilados en los carros tirados por burros que realizan largos trayectos. Sea cual sea el método, el objetivo es el mismo: agua.
En SNNPR, 73 del total de 136 'woredas' (distritos) están luchando contra la escasez de agua. De ellos, 45 están gravemente afectados. En muchas de estas 'woredas', la escasez de agua es un viejo problema, que se ha visto empeorado mucho más por la actual sequía, que es la peor sufrida por el país en décadas. Resultado de un doble revés del cambio climático y el fenómeno de 'El Niño', la sequía ha llevado a falta de alimentos y amenaza la forma de vida y supervivencia.
© UNICEF Ethiopia/2016/Ayene
La falta de agua afecta a todo: la alimentación, la salud, la educación y el futuro de los niños. En la Escuela Primaria Washe Faka, situada en el 'kebele' (subdistrito) de Washe Faka, en la 'woreda' de Mareko, aproximadamente 20 estudiantes han abandonado las clases en busca de trabajo para apoyar a sus familias, cuya subsistencia ha quedado patas arriba por la sequía. Los niños que siguen en la escuela se están esforzando mucho.
"Los estudiantes vienen a la escuela con el estómago vacío y se van antes porque no pueden concentrarse", explica el director del centro, Selfa Doloko.
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Wogbela, de 15 años, también se está esforzando. Cada día después de clase, viaja durante horas hasta un punto de agua en una zona vecina. Dada la distancia desde su hogar, tiene que pasar la noche en casa de un familiar. Hay puntos de agua más cerca, pero las largas filas a menudo significan horas de espera.
"Solía ir un día sí y un día no, pero la sequía ha secado los pozos aquí, así que tengo que conseguir agua para el ganado además de agua para la familia", explica.
Por la mañana, Wogbela vuelve a casa con su suministro de agua. Está cansado cuando llega a casa, pero tiene que darse prisa para ir a la escuela. "Llego tarde a clase cada día", admite preocupado. "La educación es importante para él, pero es secundaria cuando no hay agua.
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AYUDA A LA VISTA
Esta es la historia de tantos niños aquí, pero afortunadamente para algunos, finalmente hay ayuda a la vista.
Para los estudiantes de la Escuela Primaria Asore, en la woreda de Halaba, un nuevo punto de agua apoyado por UNICEF a aproximadamente 30 metros de distancia significa un nuevo impulso al aprendizaje. Estudiantes como Munira, de 13 años, pueden finalmente respirar con alivio.
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"Solía viajar dos o tres horas al día para ir a buscar agua. La espera en el punto de agua era incluso mayor. A veces los grifos no funcionaban y tenía que pasar todo el día allí y volver a casa al día siguiente. Era muy agotador y una pérdida de tiempo", recuerda, contenga de que ahora el agua limpia esté a un corto paseo de distancia.
Abdusamad, de 16 años, añade: "algunos estudiantes tenían que dejar de venir a la escuela porque tenían que pasar mucho tiempo recogiendo agua. Ahora confío más en que podré terminar mis estudios y quiero ayudar a traer de vuelta a los estudiantes que dejaron la escuela", añade.
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LABOR DE UNICEF
En el marco de la respuesta de emergencia ante la sequía, UNICEF está apoyando al Gobierno de Etiopía y a otros socios en la rehabilitación, mantenimiento y construcción de nuevos sistemas de suministro de agua, provisión de productos para la purificación y tratamiento del agua, incrementar las actividades de transporte en camión de agua, y suministro de instalaciones de saneamiento e higiene en las escuelas.
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UNICEF también está explorando vías innovadoras de usar satélites para detectar agua subterránea a gran profundidad para sistemas de suministro a gran escala a varias localidades.
Con 5,8 millones de personas en todo el país necesitadas de acceso a agua potable segura, UNICEF y sus socios están corriendo contrarreloj para suministrar ayuda urgente.
Para niños como Wogbela, no podrá ser lo suficientemente rápido. "Espero que las cosas cambien pronto", confía Wogbela, "para que pueda volver a estudiar".