MADRID, 11 Mar. (Por el embajador de Japón en Madrid, Kazuhiko Koshikawa) -
El seísmo y posterior tsunami del 11 de marzo de 2011 fue una catástrofe sin precedentes para Japón. Al cumplirse cuatro años, los japoneses volvemos a sentir el dolor por la pérdida de tantos miles de vidas humanas pero también rememoramos el afecto, que aquellos días, recibimos por parte del pueblo y del Gobierno de España.
Fue la ocasión de comprobar las muestras de solidaridad llegadas de toda España. Tanto la concesión del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, a los denominados "Héroes de Fukushima", como el apoyo ofrecido por el conjunto de la sociedad española en los días siguientes a la catástrofe, nos dieron fuerza y coraje para seguir con la recuperación. Como embajador de Japón estoy positivamente impresionado y profundamente agradecido a España por tantos gestos solidarios.
GRAN EJEMPLO HUMANO
El seísmo supuso, ante todo, una gran tragedia humana y la destrucción de la mayor parte de las infraestructuras de la costa este de la región de Tohoku, en el norte de Japón. Pero al mismo tiempo, sirvió para comprobar el gran ejemplo humano de los habitantes de las zonas devastadas, quienes aun sufriendo el dolor por la pérdida de seres queridos y de todas sus posesiones, reaccionaron con determinación y entereza, iniciando la reconstrucción de sus casas, de sus pueblos, de su vida cotidiana.
La recuperación de la zona dañada por el tsunami se está produciendo más rápido de lo previsto. Los evacuados han pasado de más de 420.000 (en 2011) a menos 240.000 personas (a principios de 2015) y se han reconstruido más de 120.000 viviendas. La producción minera ha vuelto a los niveles anteriores al terremoto. La reconstrucción de las infraestructuras se encuentra en su fase final. El Gobierno japonés ha prometido acelerar aún más esta recuperación.
Las infraestructuras básicas de transporte que comunicaban el área dañada de Tohoku con el resto de Japón, se recuperaron a las pocas semanas de la catástrofe: ferrocarril de alta velocidad, aeropuertos y puertos nacionales o autopistas. Pero las redes viarias locales tardaron un poco más y todavía este año queda trabajo por hacer. A finales de 2014 se había reconstruido el 93 por ciento de los 570 kilómetros de carreteras locales destruidas y el 73 por ciento de los 468 kilómetros de infraestructuras costeras.
El tsunami arrasó todas las tierras fértiles que encontró a su paso. Se perdieron más de 21.000 hectáreas de cultivo. A fecha de hoy se han recuperado el 98 por ciento.
PREVENIR UNA CATÁSTROFE SIMILAR
¿Qué podemos hacer para prevenir otra catástrofe similar en Japón o en cualquier otra parte del mundo? El Gobierno de Japón y científicos de universidades japonesas están investigando y diseñando métodos para minimizar los efectos devastadores de una catástrofe como la de 2011.
Existe la firme decisión del Gobierno y de la sociedad de Japón de desarrollar medidas que contrarresten cualquier catástrofe natural futura que amenace nuestra nación y compartir nuestra experiencia con el mundo.
Tanto es así, que la ONU ha decidido convocar en Japón una Conferencia Internacional sobre Catástrofes Naturales. Se celebrará del 14 al 18 de marzo próximos, en Sendai, capital de Tohoku y ciudad más cercana al epicentro del tsunami de 2011.
Además del tsunami, pero a consecuencia del mismo, se produjo un accidente en la central nuclear de Fukushima Daiichi, en la costa de la prefectura de Fukushima. Hubo que evacuar las poblaciones circundantes. La situación se encuentra actualmente bajo control.
TRANSPARENCIA DEL GOBIERNO
En todo momento, el Gobierno de Japón ha actuado con transparencia al 100%. Lo sigue haciendo mediante información permanente tanto a medios de comunicación como a población en general y a la comunidad internacional por vía diplomática.
En la solución del accidente nuclear, Japón se ha abierto totalmente a la cooperación con otros países y, en especial, a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA). En febrero pasado, durante la última visita a Japón del comité de expertos de la AIEA, éstos valoraron enormemente no sólo la transparencia sino la claridad de los informes periódicos sobre la situación de los trabajos en Fukushima Daiichi. Además, ponderaron las medidas aplicadas hasta ahora y el avance obtenido.
El proceso de desmantelamiento total es arduo aunque los procesos de descontaminación medioambiental del entorno inmediato están muy avanzados y se seguirá trabajando con ahínco para que los evacuados por el accidente nuclear puedan regresar a sus hogares lo antes posible. Japón seguirá facilitando toda la información al respecto con absoluta claridad.
Estas experiencias nos han enseñado a hacer de Japón un país más seguro y más acogedor. Y la muestras de solidaridad de los españoles nos han demostrado lo cerca que están sus sentimientos del sentir de los japoneses. Por eso, como Embajador de Japón he de repetir una vez más, ¡Gracias España!