Mujer en un campo para desplazados en Sudán del Sur
UNICEF/HATCHER-MOORE
  
Actualizado: viernes, 15 diciembre 2017 9:55

Más de la mitad de la población necesita ayuda humanitaria y un millón de niños padecen desnutrición aguda

Las ONG reclaman un cese de las hostilidades y piden que esta crisis no quede en el olvido

MADRID, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -

El país más joven del mundo, Sudán del Sur, vive sumido en una guerra civil desde hace cuatro años sin visos de resolverse a corto plazo y que amenaza con convertirse en una tragedia para los niños del país, muchos de los cuales solo han conocido la violencia desde que nacieron.

El conflicto entre las fuerzas leales al presidente, Salva Kiir, y las del exvicepresidente Riek Machar, a las que se han sumado en los últimos tiempos otros grupos armados, ha dejado a más de la mitad de su población necesitada de asistencia humanitaria, a 4,8 millones en situación de inseguridad alimentaria y forzado a cerca de uno de cada tres sursudaneses a abandonar sus hogares. De ellos, 1,9 millones siguen dentro del país pero otros 2,1 millones han tenido que refugiarse en los países vecinos.

Como en otros conflictos, los niños son los que pagan el peaje más alto. Según los últimos datos publicados por el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) en su informe 'Infancia atacada', hay casi 3 millones en situación de grave inseguridad alimentaria y un millón con desnutrición aguda, lo que pone sus vidas en peligro. Además, 2,4 millones han tenido que huir de sus hogares y 2 millones no pueden ir a la escuela, por lo que, si se mantiene la situación actual, probablemente solo uno de cada 13 acabe la escuela primaria.

El desplazamiento y el haber sido testigos de la violencia, incluida la muerte de familiares, entre otras cosas, han dejado a 900.000 menores con trauma psicológico. "Nos escondimos en unos arbustos cuando los soldados empezaron a quemar nuestras casas. Encontraron a mi padre y le mataron", así recuerda Nyajim, de 7 años, cómo fue atacado su pueblo.

Además, más de 19.000 menores han sido reclutados como niños soldados por los distintos grupos armados y más de 2.300 niños han muerto o resultado heridos desde que estalló el conflicto. Además, según UNICEF, se han registrado cientos de casos de violaciones y agresiones sexuales.

"No teníamos nada en casa, ni comida. Pensé que era mejor unirme a los rebeldes y luchar contra el gobierno", cuenta a UNICEF Yangde, de 17 años. "Nos enseñaron a combatir y disparar, nos trataban mal. Nos obligaban a cocinar, a llevar agua, a hacer fuegos", añade.

En el caso de Mary, de 15 años, perdió a su hermana a causa de una diarrea. "Estoy muy triste, fue todo por culpa del agua contaminada. Si hubiéramos tenido agua limpia mi hermana no se habría puesto enferma y no habría muerto", se lamenta.

NINGÚN NIÑO DEBERÍA EXPERIMENTAR ESTOS HORRORES

"Ningún niño debería experimentar jamás estos horrores y privaciones y los niños de Sudán del Sur los están sufriendo a diario", subraya la directora regional de UNICEF en África Oriental y Meridional, Leila Pakkala. "Estos niños necesitan urgentemente un entorno de paz y protección. Cualquier cosa menos lugares en los que niños y mujeres estén en un riesgo aún mayor de graves violaciones y abusos", defiende.

Sin embargo, según UNICEF, llevar ayuda a quienes más la necesitan continúa siendo un reto en muchas áreas inseguras del país y las organizaciones humanitarias están a la espera de que se cumpla en su totalidad la reciente orden presidencial que garantizar acceso sin restricciones a quienes necesitan ayuda urgente.

Además, Sudán del Sur es uno de los países más peligrosos del mundo para los trabajadores humanitarios. Desde que comenzó el conflicto hace cuatro años, 95 cooperantes han sido asesinados, 25 de ellos este año y nueve tan solo el pasado noviembre.

Sin embargo, nada parece indicar que la situación vaya a mejorar a corto plazo. Como resalta el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), en el último año se han incrementado tanto el número de desplazados como de necesitados de ayuda alimentaria.

SIN ESPERANZAS DE MEJORA

"La situación sigue deteriorándose con poca esperanza de mejora", subraya la directora de NRC en el país, Rehana Zawar. "Los civiles, principalmente mujeres y niños, son los que se llevan la peor parte de la violencia mientras continúa la escalada del conflicto en muchas zonas del país", denuncia.

La responsable del NRC subraya que "los agricultores tienen miedo de cuidar sus cosechas, las mujeres se enfrentan al riesgo de violencia sexual a diario cuando van a recoger agua o leña para cocinar" mientras que "cientos de miles de niños no pueden ir a clase debido a la inseguridad y la privación económica".

La ONG resalta que la respuesta humanitaria masiva frente a la hambruna que se declaró en dos condados permitió revertir la situación y evitar que se extendiera, pero aún así, hay 1,1 millones de personas más en situación de inseguridad alimentaria que hace un año. Además, el riesgo de que la hambruna vuelva a surgir en 2018 "sigue siendo una perspectiva real".

Desde el NRC reclaman a todas las partes implicadas el cese de las hostilidades, la protección de los civiles y un diálogo con vistas a una paz duradera y que garantice el acceso a la población necesitada. En este sentido, la organización que encabeza Jan Egeland confía en que, "para estas fechas el próximo año, Sudán del Sur tenga una paz real y duradera".

También desde Mercy Corps reclaman un alto el fuego inmediato. "La situación en Sudán del Sur se está deteriorando más rápido de lo que pensábamos que fuera posible", reconoce el director de la ONG en Sudán del Sur, Francesco Lanino. "Los sursudaneses más vulnerables son los que se llevan la peor parte del conflicto y del declive económico del país", subraya, incidiendo en que "más de la mitad de la población necesita asistencia humanitaria".

En opinión de Lanino, pese a la declaración de hambruna este año y a la posibilidad de que "decenas de miles de personas murieran de hambre", "la comunidad internacional sigue descuidando la situación en Sudán del Sur". "Necesitamos renovar la atención sobre esta crisis y un alto el fuego urgente porque hay millones de personas que penden de un hijo y no podemos permitirnos perder más vidas", advierte.

Una opinión que comparte el director ejecutivo de UNICEF Comité Español, Javier Martos. "No podemos permitir que Sudán del Sur caiga en el olvido", sostiene, subrayando que "estamos hablando del país más joven del mundo, donde gran parte de los niños solo han conocido el conflicto y la violencia".

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