Cuba actualiza su modelo económico a su ritmo y con estilo propio

Calle de La Habana
Foto: ENRIQUE DE LA OSA / REUTERS
  
Actualizado: domingo, 17 mayo 2015 11:24

La baja productividad, el lastre de la agricultura, la energía cara y el envejecimiento de la población, los problemas a superar

   MADRID, 17 May. (EZIONES) -

   "Sin prisas, pero sin pausas". Ese es el mantra que una y otra vez ha repetido el presidente cubano, Raúl Castro, a la hora de referirse al proceso de actualización de la economía en el que está inmersa la isla desde 2011 y con el que busca generar crecimiento y atraer inversiones extranjeras.

   Una actualización, que no una "reforma", según subraya un responsable cubano, que se está llevando a cabo de forma cuidadosa y sin tomar a ningún país en concreto como modelo a seguir. "No estamos copiando el modelo chino, estamos estudiando varios modelos" de transformación en países comunistas, como también pueden ser los de Europa del Este o Vietnam, explicaba recientemente dicho responsable en un encuentro en Madrid celebrado en la Fundación Alternativas.

   Los cambios en materia económica, principalmente con la autorización de trabajadores ajenos al Estado, los conocidos como 'cuentapropistas', la aprobación de una nueva ley de inversión extranjera y la apertura de la zona especial de desarrollo del puerto de Mariel, a 50 kilómetros de La Habana, están empezando a dar resultados.

   Sin embargo, como reconoce el citado responsable, "los resultados deseados no se observan de forma inmediata", pero tampoco el Gobierno cubano quiere apresurarse puesto que lo que está en juego es la estabilidad de la isla. "La rapidez la marcará la estabilidad social y política", insiste.

   Cuba presume de ser uno de los países más seguros del mundo y también uno de los que más fondos destina a la educación y la salud, lo que en estos ámbitos le sitúa al nivel de países desarrollados. Con la puesta en práctica de las nuevas medidas económicas, no se quiere poner en peligro todo ello sino que lo que se busca es "un modelo de desarrollo lo más equitativo posible, aunque somos conscientes de que durante el proceso surgirán algunas desigualdades", reconoce el responsable.

   "Algunos piensan que hay que acelerar el proceso, pero el balance que hacemos es que podría ser más perjudicial que beneficioso", insiste, subrayando que "el cambio más importante se tiene que producir en la mentalidad de los cubanos" y que el proceso tiene que ser "sostenible" porque no se trata de dejar a las generaciones venideras "un lastre".

DEDICADOS EN CUERPO Y ALMA

   El propio Raúl Castro reconocía la semana pasada en Roma, donde mantuvo un encuentro privado con el Papa Francisco y se reunió con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, la dificultad de la tarea que se ha impuesto la isla. "Estamos dedicados en cuerpo y alma al perfeccionamiento de nuestro sistema, económico, político y social", aseguró.

   "No es una tarea fácil, es más difícil de lo que nos imaginamos al principio, sobre todo porque no queremos tomar la más mínima medida que afecte a nuestra población. No queremos políticas de choque", subrayó.

   Sin embargo, las autoridades cubanas también eran conscientes de que no se podía mantener por más tiempo el modelo instaurado tras la Revolución, en el que las decisiones se tomaban por cuestiones políticas y sin tener en cuenta los aspectos económicos. Ahora lo que se busca, reconoce el responsable, es atender más a estos aspectos "aunque sin abandonar los principios de la Revolución".

ESCASA PRODUCTIVIDAD

   Uno de los principales problemas era la escasa productividad de la economía cubana. Para hacer frente a este problema, en primer lugar se ha puesto el énfasis en una mejor utilización de la fuerza de trabajo, lo que ha llevado a la decisión de suprimir hasta 624.000 puestos de trabajo del Estado en cuatro años.

   Aunque inicialmente esta medida supone un aumento del paro, a largo plazo permitirá aumentar la productividad y con ello elevar los salarios. Todo ello supone, según el responsable cubano, "cambiar un estilo de trabajo" puesto que en muchos casos los trabajadores cubanos del sector estatal habían "perdido el sentido de la urgencia y se habían burocratizado".

   Otro de los problemas estructurales que aquejan a Cuba es su 'mix' energético. Actualmente, el 95 por ciento de la energía procede de los hidrocarburos, lo que hace "muy costoso" su producción, además de ineficiente.

Cuba

   Además, se da la circunstancia de que el 60 por ciento del consumo procede del sector residencial y no de la industria, de ahí el que el Gobierno cubano se haya fijado la meta de que para 2030 el 30 por ciento de la energía proceda de renovables como la eólica, la biomasa o la hidráulica.

   También es fundamental llevar a cabo una "gran transformación" de la agricultura. En la actualidad, este sector representa el 25 por ciento de la fuerza de trabajo en la isla pero solo aporta el 3,6 por ciento del PIB. Además, Cuba se ve obligada a importar 2.000 millones de dólares de alimentos al año. Según el responsable cubano, "si Cuba logra importar la mitad de lo que importa en alimentos logrará crecer un 7 por ciento".

PROBLEMA DEMOGRÁFICO

   Pero sin duda, uno de los asuntos que más preocupa en la actualidal al Gobierno cubano es el demográfico, puesto que la sociedad de la isla está envejeciendo sin que haya un recambio generacional. Esta misma semana el diario oficial 'Granma' ha publicado dos extensos reportajes bajo el título "Cuba envejece: ¿éxito o problema?".

   Según los datos que recoge, en la actualidad el 19 por ciento de la población tiene más de 60 años, frente al 18,3 por ciento que había en 2012, mientras que la tasa global de fecundidad se situó en 2014 en 1,68 hijos por mujer (frente a los 2,1 que tenían en 1978). Estas cifras sitúan a Cuba en niveles como los que hay en países desarrollados.

   Sin embargo, según el mencionado responsable, en la realidad se traduce en que en algunas zonas del país no hay suficientes habitantes y en que, cuando lo normal es que por cada jubilado haya diez personas trabajando, en Cuba actualmente son cinco y las previsiones son de que se llegue en unos años a 3,5.

   Se trata pues de una situación difícil de sostener de ahí el que el Gobierno esté centrado en buscar políticas que estimulen los nacimientos. Los expertos consultados por 'Granma' inciden en que el aspecto económico es uno de los que pesan en las parejas a la hora de decidir tener uno o más hijos.

Cuba

   Pero también el envejecimiento poblacional incide de forma directa en la natalidad, puesto que las mujeres que además de trabajar tienen que atender a las personas mayores de su familia optan por aplazar o directamente abandonan sus planes de tener un segundo hijo, tan necesario para que la isla pueda tener un relevo generacional.

   Además, según el director del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana, Antonio Aja Díaz, "tener una población cada vez más envejecida significa más necesidades en el orden asistencial, de servicios de salud, de calidad y confort de vida".

   Por ello, no es de extrañar que entre las actividades autorizadas por el Gobierno para los trabajadores por cuenta propia figure precisamente la de cuidador de enfermos, personas con discapacidad y ancianos, a los que además se aplica un régimen simplificado de tributación.

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