Bruno Rodríguez
REUTERS / LEONHARD FOEGER
Actualizado: martes, 3 octubre 2017 22:32


MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, ha protestado "enérgicamente" al Gobierno de Estados Unidos por su "injustificada" decisión de expulsar a 15 diplomáticos cubanos de Washington en respuesta a los incidentes contra los emisarios estadounidenses en La Habana, criticando que es tan solo un "pretexto" para empeorar las relaciones bilaterales.

Rodríguez ha comparecido ante la prensa en La Habana para responder a la orden de su homólogo, Rex Tillerson, de expulsar a 15 trabajadores de la Embajada de Cuba en Washington como represalia por los misteriosos "ataques" acústicos contra diplomáticos estadounidenses y sus familias, que se saldaron con más de una veintena de norteamericanos enfermos en La Habana.

"El Ministerio de Relaciones Exteriores protesta enérgicamente y denuncia esta decisión infundada e inaceptable, así como el pretexto utilizado para justificarla, al afirmarse que el Gobierno de Cuba no adoptó todas las medidas adecuadas para prevenir los alegados incidentes", ha dicho Rodríguez.

El canciller ha recordado que desde que se tuvo noticia de estos "incidentes", el pasado mes de febrero --aunque comenzaron en noviembre de 2016--, ya ha hablado dos veces con Tillerson sobre el asunto y acordaron cooperar para investigar el asunto, lo que se ha traducido en hasta tres visitas de expertos estadounidenses a Cuba, la última en septiembre, "permitiéndoles trabajar sobre el terreno por primera vez en 50 años".

"Las agencias especializadas estadounidenses han reconocido el alto nivel profesional de la investigación emprendida por Cuba, con un elevado componente técnico y científico, y que, como resultado preliminar, ha arrojado que hasta el momento, de acuerdo con la información disponible y los datos proporcionados por Estados Unidos, no existen evidencias de la ocurrencia de los alegados incidentes", ha subrayado.

Rodríguez ha recalcado que, hasta hora, no hay pruebas "ni de las causas ni del origen de las afecciones de salud notificadas por los diplomáticos estadounidenses y sus familiares". "Tampoco se han identificado posibles autores ni personas con motivaciones, intenciones o medios para ejecutar este tipo de acciones, ni se ha establecido la presencia de personas o medios sospechosos en los lugares donde se han reportado los hechos ni en sus alrededores", ha añadido.

Además, ha afirmado que "las autoridades cubanas han actuado con suma seriedad, profesionalismo e inmediatez para esclarecer esta situación, indicando que para ello se creó un comité de expertos para analizar los hechos, se habilitaron nuevos canales de "comunicación expedita" de la Embajada con el Departamento de Seguridad Diplomática y "se reforzaron las medidas de protección de los diplomáticos estadounidenses, sus familiares y sus residencias".

De acuerdo con Rodríguez, Cuba hizo varios "requerimiento informativos" para poder seguir adelante con las pesquisas, "ante la tardía, fraccionada e insuficiente información suministrada" por Washington. "El principal obstáculo para el esclarecimiento de los incidentes ha sido la falta de acceso directo a los afectados (...), la ausencia de una información primaria fiable y la imposibilidad de realizar intercambios con expertos de Estados Unidos", ha reprochado.

Por todo ello, ha rechazado "cualquier responsabilidad del Gobierno cubano en los alegados hechos". "Cuba jamás ha perpetrado ni perpetrará ataques de ninguna naturaleza contra funcionarios diplomáticos ni sus familiares, sin excepción. Tampoco ha permitido ni permitirá que su territorio sea utilizado por terceros con este propósito", ha sostenido.

Rodríguez ha considerado que la medida anunciada por el Gobierno de Donald Trump, "sin que haya resultados investigativos concluyentes ni pruebas de los incidentes, tiene un carácter eminentemente político", porque se trata de "una respuesta precipitada, inapropiada e irreflexiva".

El jefe de la diplomacia cubana ha instado a Estados Unidos a "no continuar politizando este asunto", advirtiendo de que "puede provocar una escalada indeseada, así como enrarecer y hacer retroceder más las relaciones bilaterales, ya afectadas por el anuncio de una nueva política realizado en junio pasado por el presidente, Donald Trump".

Pese a la escalada de tensión bilateral, ha reiterado "la disposición de Cuba a continuar propiciando una cooperación seria con el objetivo de lograr el esclarecimiento de estos hechos y concluir la investigación, para lo cual será esencial la colaboración más eficiente de las agencias competentes de Estados Unidos".

Estos "incidentes" ya llevaron a Tillerson a ordenar la retirada de más de la mitad del personal de la Embajada en La Habana, el primer paso contundente tras el anuncio de Trump, poco después de su ascenso a la Casa Blanca, de suspender el histórico diálogo iniciado en diciembre de 2014 entre Estados Unidos y Cuba para normalizar sus relaciones.

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