MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio de Exteriores de Cuba ha condenado este jueves el "golpe de Estado parlamentario-judicial" contra la ya expresidenta de Brasil Dilma Rousseff, que ha sido apartada temporalmente del poder para celebrar un juicio político en su contra por irregularidades contables.
"Hoy (por el jueves) se consumó un paso fundamental para los objetivos golpistas. Se trata, en realidad, de un artificio armado por sectores de la oligarquía en ese país, apoyados por la gran prensa reaccionaria y el imperialismo, con el propósito de revertir el proyecto político del Partido de los Trabajadores, derrocar al gobierno legítimo y usurpar el poder que no han podido ganar con el voto electoral", ha dicho en su comunicado.
"Lo que ocurre en Brasil es parte de la contraofensiva reaccionaria del imperialismo y la oligarquía contra los gobiernos revolucionarios y progresistas de América Latina y el Caribe, que amenaza la paz y la estabilidad de las naciones", ha agregado.
En su comunicado, el Ministerio de Exteriores ha recalcado que "el pueblo brasileño, las fuerzas políticas de izquierda y los combativos movimientos sociales de esa nación rechazan el golpe y se opondrán a cualquier intento de desmantelar los importantes programas sociales desarrollados por los gobiernos del Partido de los Trabajadores", reiterando su "solidaridad" a Rousseff y el también expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Rousseff ha defendido su inocencia tras haber sido apartada temporalmente del cargo y, tras calificar de "farsa jurídica" lo ocurrido, ha denunciado que el nuevo gobierno interino de Michel Temer carece de legitimidad porque no fue elegido en las urnas.
Rousseff ha advertido de que está en juego "la voluntad soberana de los brasileños", y con ello la democracia, y también las "conquistas para los más pobres y las clases medias" que han supuesto los trece años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil.
REACCIONES EN AMÉRICA LATINA
Los líderes latinoamericanos han expresado su "preocupación" por la inestabilidad política en Brasil provocada por la decisión del Congreso de Brasil, con Venezuela a la cabeza.
El Gobierno venezolano ha condenado "categóricamente el golpe de Estado parlamentario en curso, que mediante farsas jurídicas de las cúpulas oligárquicas y las fuerzas imperiales pretende el derrocamiento" de Rousseff "para sustituir la soberanía popular, poniendo en riesgo la Constitución y la democracia".
En la misma línea, Ecuador ha manifestado su "profunda preocupación por los acontecimientos políticos en Brasil" y su "decidido respaldo al Gobierno de Rousseff, legítima depositaria del mandato popular expresado en las últimas elecciones democráticas, y contra la que no pesa, hasta el momento, una sola imputación".
En Bolivia, aunque el presidente, Evo Morales, aún no se ha pronunciado, sí lo ha hecho el partido gobernante, el Movimiento Al socialismo (MAS). "Es un antecedente nefasto para la democracia Latinoamericana. Cuidado, estamos supeditando la voluntad del pueblo brasileño, materializada en las urnas, por una voluntad pactada, corrupta e ilegal", ha dicho el oficialista Víctor Borda.
En un tono más moderado, el ministro de Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, ha destacado las "excelentes relaciones" que su Gobierno ha tenido con la "amiga" Rousseff y ha recalcado su "decidido respaldo al Estado de Derecho, los procesos constitucionales y las instituciones democráticas".
Argentina, por su parte, ha señalado su respeto por "el proceso institucional que se está desarrollando en Brasil" y ha confiado "en que el desenlace de la situación consolide la solidez de la democracia brasileña".