MADRID, 3 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Siria ha denunciado este martes la muerte de al menos siete civiles en varios ataques contra áreas residenciales de la asediada ciudad de Alepo, agresiones que habrían dejado además 25 heridos. En un principio, Damasco denunció la muerte de cinco civiles en un ataque con "gas venenoso".
Según han confirmado fuentes policiales a la agencia de noticias oficial, SANA, "grupos terroristas" han lanzado este martes por la tarde cohetes contra el barrio de al Hamadaniyé, hiriendo a seis civiles. Esta misma fuente ha indicado que otro cohete alcanzó la plaza de Saadalá al Jabiri y las inmediaciones del palacio municipal.
Poco después, afirman, dos civiles habrían muerto y otros 11 habrían resultado heridos al ser alcanzados por otro proyectil que "grupos terroristas" lanzaron contra el barrio de Saladino, en la misma ciudad, controlado por las fuerzas leales al presidente, Bashar al Assad.
Mientras, el director de Sanidad de Alepo, Mohamad Hazouri, ha indicado a SANA que "cinco civiles han muerto y otros ocho han resultado heridos debido a un ataque terrorista con proyectiles que contenían gas venenoso".
La agencia de noticias utiliza el término "terrorista" para referirse no solo a miembros de organizaciones como Al Qaeda o Estado Islámico, sino también a los grupos armados de la oposición siria que luchan contra el régimen de Al Assad.
La Defensa Civil, que se describe a sí misma como un grupo de voluntarios que hacen labores de rescate, también ha denunciado este martes un ataque con barriles cargados de gas de cloro sobre la ciudad de Saraqeb, en la provincia de Idleb, controlada por la oposición siria.
Un portavoz de Defensa Civil ha asegurado a la agencia de noticias Reuters que 33 personas, en su mayoría mujeres y niños, se han visto afectadas. Un vídeo difundido por YouTube muestra a varios hombres con dificultades para respirar y máscaras de oxígeno.
Gobierno y oposición de han acusado mutuamente a lo largo de estos cinco años de guerra de lanzar ataques con armas químicas, prohibidas por el Derecho Internacional. Para evitar que estos arsenales cayeran en manos terroristas, Al Assad accedió a entregárselos a la ONU para que los destruyera de forma segura.