Solo en Siria, más de 85.000 personas se encuentran en cárceles secretas sin juicio previo
MADRID, 30 Ago. (EDIZIONES) -
Decenas de miles de personas de todo el mundo están consideradas como "desaparecidas forzadas", desconectadas del mundo en cárceles de 88 países, según Naciones Unidas, sin conocimiento de la Justicia internacional ni de sus familiares y allegados, según recuerdan varias ONG con motivo del día en su conmemoración que tiene lugar este domingo.
Solo en Siria, por ejemplo, más de 85.000 personas se encuentran en esta situación desde el inicio del conflicto en 2011, según Amnistía Internacional. Entre ellas no solo están opositores políticos o activistas pro Derechos Humanos, sino también gente como profesores que cometieron el "error" de cruzar a territorios controlados por el Gobierno del presidente Bashar al Assad para recoger su salario.
"El uso que hacen los gobiernos de las desapariciones forzadas para silenciar las críticas sigue sin respuesta en todas las regiones donde sucede", lamenta la ONG en un comunicado emitido con motivo del Día Internacional de los Desaparecidos que se conmemora mañana.
Siria es uno más de los países, como Sri Lanka, Gambia o Bosnia, donde "cientos o incluso miles de personas continúan en cárceles secretas", lamentó el secretario general de AI, Salil Shetty, que tacha la desaparición forzosa de "práctica aberrante".
Las desapariciones forzadas adquirieron una prominencia especial en Latinoamérica durante las décadas de los 70 y 80, donde los gobiernos intentaron suprimir a grupos armados ilegales y a disidentes políticos. Hoy en día, los motivos que alimentan las desapariciones están más centrados en los conflictos étnicos, el tráfico de drogas o la trata ilegal de personas.
Sin embargo, las desapariciones siguen siendo un problema extremadamente grave en países de habla hispana como México, donde 25.000 personas se encuentran en paradero desconocido desde 2007, y la mitad de ellas bajo la administración actual del presidente Enrique Peña Nieto.
SRI LANKA, BOSNIA Y GAMBIA
Viajamos a Asia, particularmente a Sri Lanka, donde decenas de miles de personas siguen desaparecidas tras la guerra civil entre el Ejército y el grupo rebelde de los Tigres Tamiles que terminó en 2009. A día de hoy, las diferentes comisiones de investigación han fracasado a la hora de averiguar el paradero de estas personas pero diferentes líderes políticos y responsables de las fuerzas de seguridad del país han sido acusados de estar implicados en estas desapariciones.
En Europa, AI cita el caso de Bosnia y Herzegovina. Allí hay al menos 8.000 personas que desaparecieron durante la guerra de los 90 y su destino se desconoce. "El estado", denuncia la organización, "ha fracasado a la hora de poner realmente en práctica su Ley de Personas Desaparecidas que exige a las autoridades que busquen a los desaparecidos y presten apoyo económico a las víctimas y a las familias, lo que teóricamente iba a suceder a través de la creación de un fondo específicamente destinado a ello.
"Esa ley solo existe sobre el papel y no la respeta nadie", ha lamentado la vicepresidenta del Movimiento de Madres de Srebrenica y Zepa, Zumra Sehomerovic. "Cuando vamos a las autoridades a registrar a un desaparecido, nos tratan como si no importáramos", ha añadido.
Por último, en África, Amnistía Internacional desea destacar el caso de Gambia, donde muchos periodistas han experimentado las amenazadoras palabras del presidente Yahja Jammeh en abril de 2004: "Obedeced o iros al Infierno".
Dos años después, el periodista Ebrima Manneh, del 'Daily Observer', fue arrestado por intentar republicar un reportaje de la BBC bastante crítico con el presidente después de una reunión de la Unión Africana. Su detención fue presenciada por varios testigos.
No se supo nada más de él hasta 2007, cuando el Gobierno se vio obligado a comunicar que no sabía del paradero de Manneh, una afirmación repudiada por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, que exigió a Gambia la liberación inmediata y una compensación de 100.000 dólares para el reportero. Un dictamen al que el Gobierno gambiano, a día de hoy, no ha respondido, a pesar de que últimos informes apuntan que Manneh se encuentra en una comisaría de Fatoto, en el este del país.