MADRID, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
Cerca de 22.000 nigerianos están desaparecidos como resultado del conflicto con el grupo islamista Boko Haram en el noreste de Nigeria, que inició su insurgencia hace una década y que actualmente cuenta con una facción escindida, Estado Islámico en África Occidental (ISWA), particularmente activa.
Esta es la cifra de personas que han sido registradas como desaparecidas por el Comité Internacional de la Cruz (CICR), que ha destacado que se trata del número de casos más elevado registrado hasta la fecha por el organismo a nivel mundial.
Cerca del 60 por ciento de estas personas, ha subrayado el CICR en un comunicado, eran menores de edad cuando desaparecieron, lo que significa que miles de padres desconocen el paradero de sus hijos y si están con vida o no.
En opinión del presidente del CICR, Peter Maurer, "la peor pesadilla de una madre o un padre es no saber dónde está su hijo" pero desafortunadamente "esta es la trágica realidad de miles de padres nigerianos, que viven con la angustia de la búsqueda permanente".
Falmata Amodu es una de ellas. Su hijo desapareció en 2013 cuando tenía 10 años cuando huía de un ataque. "Lo que más me inquieta es que nadie me dice si está vivo o muerto. No sé nada. Cuando cocino para sus hermanos, pienso en él", cuenta al CICR.
"Durante los tres años que estuvimos en Maiduguri (la capital del estado de Borno), mi esposo estaba muy angustiado y solía tener pesadillas. Todo el tiempo llamaba a nuestro hijo secuestrado: Alkali, Alkali, Alkali", añade.
"Todas las personas tienen derecho a saber qué les ha sucedido a sus seres queridos; debemos hacer más para evitar que las familias se separen", ha sostenido Maurer al término de su visita de cinco días al país durante la que se ha reunido con el presidente, Muhamadu Buhari, así como con funcionarios gubernamentales de alto nivel, dirigentes de la sociedad civil y empresarios y con familias afectadas por el conflicto en Maiduguri y Monguno.
Según ha explicado el CICR, las familias del noreste de Nigeria suelen quedar separadas al huir de los ataques de los islamistas, mientras que otras tienen familiares que han sido secuestrados o que están detenidos, de los que desconocen el paradero.
EL CICR TRABAJA PARA LOCALIZAR A LOS DESAPARECIDOS
El CICR trabaja con la Cruz Roja de Nigeria y con otras sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de la región para buscar a las personas desaparecidas mediante la muestra de fotografías, preguntando por el nombre de las personas desaparecidas y recorriendo campamentos y comunidades.
Hasta ahora y desde que se recibieron los primeros casos en 2013, ha precisado el organismo, se han resuelto 367 casos, "lo que deja en evidencia las enormes dificultades que conlleva la búsqueda de las personas desaparecidas y el restablecimiento del contacto con sus familiares en Nigeria".
En este sentido, ha subrayado que "amplias franjas del noreste del país siguen siendo absolutamente inaccesibles para las organizaciones humanitarias" mientras que el hecho de que muchos de los desplazados hayan tenido que trasladarse varias veces también dificulta la localización de los desaparecidos.
"Las familias son la principal víctima de diez años de guerra en el noreste de Nigeria", ha destacado Maurer, subrayando que "muchos niños han muerto o han sufrido amputaciones a raíz de los bombardeos". A esto se suma el que "sus instalaciones de salud han sufrido ataques despiadados y sus viviendas y sus pertenencias han sido destruidas".
"Las familias deben poder estar juntas y, sobre todo, los civiles deben quedar a resguardo de los ataques", ha reclamado el presidente del CICR.