MADRID, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
Decenas de camboyanos que llevaban toda la noche haciendo cola ante el tribunal respaldado por la ONU que juzgará a ex dirigentes de los Jemeres Rojos han sido testigos hoy de la primera sesión del proceso contra Kaing Guek Eav, más conocido como Duch, el jefe de la temida prisión S-21, donde de las al menos 16.000 personas que estuvieron encerradas sólo consiguieron salir con vida seis.
Así dio comienzo uno de los juicios más esperados, casi 30 años después de la caída del régimen de los Jemeres Rojos en Camboya que acabó con la vida de 1,7 millones de personas, la mayoría torturados o por enfermedades o inanición. Otros cuatro ex dirigentes, todos ellos ancianos que han permanecido ocultos durante más de 20 años, están a la espera de juicio.
Para muchos supervivientes de los tristemente conocidos como 'campos de la muerte' --los campos de trabajo en los que murieron cientos de miles de personas en el régimen de corte maoísta y exaltación del campesinado--, el comienzo del juicio supone su primera oportunidad para ver cómo una de las figuras más emblemáticas del régimen de Pol Pot se enfrenta a la Justicia.
"La primera vista representa la realización de los notables esfuerzos para constituir un tribunal justo e independiente que intentará juzgar a aquellos que ocuparon posiciones de liderazgo y a los que tuvieron mayor responsabilidad en las violaciones de las leyes camboyana e internacional", señaló el juez Nil Nonn al declarar abierto el juicio contra Duch, acusado de crímenes contra la Humanidad.
Mientras, el abogado del ex jefe de la prisión S-21, Francois Roux, insistió una vez más en que es "inaceptable" que Duch haya permanecido en la cárcel sin juicio durante nueve años. El acusado, con el rostro bajo y muy delgado, fue trasladado desde un cercano centro de detención en un coche blindado y permaneció en silencio durante toda la sesión en la sala de vistas del tribunal, que está protegida por cristales blindados.
En declaraciones a los medios de comunicación a la entrada del tribunal, el abogado de Duch explicó que éste "desea solicitar el perdón de las víctimas y de los camboyanos" y aseguró que "pedirá perdón públicamente" porque es "lo mínimo que les debe a las víctimas".
Muchos de los camboyanos que abarrotaban la sala eran supervivientes del régimen de Pol Pot o familiares de las víctimas. "Es realmente emocionante ver a las víctimas de Duch sentadas frente a él en un tribunal, enfrentándose a su torturador de hace 30 años", afirmó Theary Seng, directora del Centro de Desarrollo Social de Phnom Penh.
Los padres de Theary Seng murieron durante el régimen de los Jemeres Rojos y ella misma pasó cinco meses en una prisión cuando era sólo una niña. "Estoy segura de que hay satisfacción" entre la población de Camboya, declaró a la BBC.
Para Hong Kin Suon, uno de los abogados que representa a las víctimas en el juicio, "hoy es un día histórico y espero que el tribunal haga justicia". "Este es el día que hemos esperado durante 30 años", añadió Vann Nath, uno de los pocos supervivientes de la prisión S-21.
EL RÉGIMEN DE POL POT
Los Jemeres Rojos, liderados por Pol Pot, lideraron entre 1975 y 1979 un régimen cuya ideología mezclaba una interpretación muy particular y de extrema izquierda del maoísmo, centrándose en su exaltación del campesinado, con las ideas anticolonialistas propias de las guerras de liberación nacional.
El régimen prohibió todo signo de modernidad en el país. Las ciudades fueron desalojadas por la fuerza y los camboyanos fueron obligados a trasladarse a campos de trabajo. Según las cifras que se manejan, la población de la capital, Phnom Penh, descendió de dos millones a 25.000 en sólo tres días.
El dinero quedó prohibido y el banco central desapareció. También se prohibieron los coches y el carro de bueyes fue instaurado como vehículo oficial del país. Los Jemeres Rojos abolieron la propiedad privada, prohibieron la religión, aislaron al país cortando las comunicaciones con el exterior y eliminando el servicio postal, suprimieron la educación y clausuraron los hospitales.
En la capital se instauró el centro S-21, donde Duch, ahora de 66 años, supervisó supuestamente la tortura y exterminio de unos 16.000 hombres, mujeres y niños. La mayoría de las víctimas fueron forzadas a confesar una serie de crímenes --como ser espías de la CIA--, antes de ser masacradas y enterradas en los tristemente conocidos como 'campos de la muerte'.
Duch, quien ahora tiene 66 años, lleva detenido desde 1999, dos años después de que fuera descubierto por un fotógrafo británico. Duch siempre ha alegado que sólo cumplía órdenes y se espera que en el juicio revele información importante sobre las decisiones tomadas por los altos dirigentes del régimen y los motivos que les llevaron a matar a una cuarta parte de la población.
Pero el hombre responsable de todo este horror nunca será llevado ante la Justicia. Pol Pot, el líder de los Jemeres Rojos, murió en un campamento de la guerrilla cerca de la frontera con Tailandia en 1998, el mismo año que sus combatientes declararon el fin de su lucha.