SÍDNEY 2 Mar. (Reuters/EP) -
Decenas de solicitantes de asilo que se encuentran atrapados en un centro de detención de inmigrantes de Manus, en Papúa Nueva Guinea, han aceptado regresar a sus países de origen a cambio de una compensación económica por parte del Gobierno de Australia, según ha comunicado este jueves las autoridades australianas.
Australia no ha escatimado esfuerzos en intentar vaciar el centro de detención que hay en Manus, repleto de inmigrantes cuya solicitudes de asilo han sido denegadas hasta en tres ocasiones.
Numerosos grupos de Derechos Humanos han denunciado las políticas migratorias del Gobierno de Australia, que permiten la detención indefinida de cualquier inmigrante que intente alcanzar las costas del país. Hace algo más de una década, Australia pactó con la islas de Nauru y Papúa Nueva Guinea para que los inmigrantes que llegasen a las costas australianas pudieran ser trasladados a sus centros de detención.
A finales de enero, la agencia de noticias Reuters de informó que cientos de inmigrantes estaban siendo sometidos a presiones ilegítimas por parte de las fuerzas de seguridad australianas para aceptar dinero a cambio de regresar de forma voluntaria a sus países de origen. Las cantidades rozaban los 23.000 euros por persona.
Varias ONG y grupos por los derechos civiles han comenzado procesos judiciales para detener los intentos de deportación del Gobierno de Australia. No obstante, de acuerdo con fuentes cercanas a las autoridades australianas, al menos 29 hombres retenidos en el centro de Papúa Nueva Guinea han aceptado las condiciones y serán deportados de forma voluntaria en las próximas semanas.
Alrededor de 14 inmigrantes han pedido a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que gestione su traslado por temor a las posibles condiciones de vuelo impuestas por el Gobierno australiano.
Ofrecer dinero a solicitantes de asilo para que vuelvan a casa no es ilegal. Las sumas ofrecidas por el Gobierno de Australia se han doblado en el último año y superan con creces a las del resto de países occidentales. Alemania ya ha anunciado planes para ofrecer una suma de 1.200 euros a inmigrantes para que regresen a sus países.
Después de cuatro años detenidos en condiciones insalubres y abusivas, cientos de inmigrantes atrapados en Nauru y Papúa Nueva Guinea sufren enfermedades mentales, según ha advertido Naciones Unidas. El año pasado, el Tribunal Supremo de Papúa Nueva Guinea determinó que el centro de detención de inmigrantes de Manus está cometiendo violaciones contra los Derechos Humanos, es ilegal y debe ser clausurado.