COX'S BAZAR (BANGLADESH), 25 (Reuters/EP)
Al menos 100.000 refugiados de la minoría rohingya han conmemorado este domingo el segundo aniversario de su éxodo desde el estado birmano de Rajine hasta los campamentos de Bangladesh, para escapar de la persecución sistemática del Ejército de Birmania, en lo que Naciones Unidas han descrito como un potencial acto de genocidio.
Actualmente casi un millón de musulmanes rohingyas viven en los campamentos de la localidad bangladeshí de Cox's Bazar. En una de sus colinas, precisamente, se han concentrado los refugiados para rezar en memoria de los familiares muertos por la violencia.
Otros miles han marchado por el campamento, bajo el sofocante sol, al canto de "Queremos justicia" y "No más genocidio", y algunos con camisas blancas con las palabras "Recuerdo del genocidio rohingya".
El Gobierno de Birmania, un país donde la antigua junta militar gobernante sigue gozando de plena influencia, niega estas acusaciones y asegura que la persecución comenzó como una operación de represalia contra separatistas armados rohingyas.
Las conmemoraciones tuvieron lugar en medio fuertes tensiones después de que las fuerzas de seguridad de Bangladesh mataran a tiros a dos rohingyas acusados de matar a un representante del partido del Gobierno.
Todos los esfuerzos de Birmania para conseguir el retorno de los rohingyas han sido en vano porque la minoría se siente extremadamente insegura y recuerda que son casi unos apátridas. De hecho, ninguno de los 3.450 rohingyas a quienes Birmania propuso retornar han aceptado la oferta.
Un grupo de 61 ONG locales e internacionales que trabajan con los rohingyas tanto en Bangladesh como en Birmania ha advertido esta semana de que Rajine no se dan aún las circunstancias "propicias" para el retorno de los refugiados. Según recuerdan, hay unos 128.000 rohingyas desplazados en campos de confinamiento en el centro de Rajine desde 2012.
Los rohingyas recuerdan que en Birmania son considerados como ilegales, y se les niega la ciudadanía y su desplazamiento. Sin embargo, las condiciones en Cox's Bazar son infrahumanas. "Estamos muy agradecidos con el gobierno de Bangladesh, pero estamos viviendo aquí no como humanos sino como animales, solo comiendo y durmiendo", según uno de los refugiados.
TENSIONES
El superintendente adjunto de Policía de la localidad, Iqbal Hosain, ha confirmado que las protestas han sido pacíficas en la práctica totalidad del campamento. Sin embargo, el sur de la barriada se encontraba en estado de máxima tensión por el incidente de los dos rohingyas muertos bajo la sospecha de estar implicados en el asesinato de Omar Faruk un joven responsable de la Liga Awami.
"Allí todavía las cosas están muy tensa, sobre todo después de que nuestras investigaciones revelaran que los dos rohingyas murieron en un acto de defensa propia", ha declarado Hosain.