Dos chicas desmovilizadas de las guerrillas, en el Centro de Atención Especializ
Dos chicas desmovilizadas de las guerrillas, en el Centro de Atención Especializada (CAE). Foto: Alberto López / Misiones Salesianas
Actualizado: martes, 8 marzo 2016 12:00

   Los salesianos ofrecen a jovenes desmovilizadas de las guerrillas la ayuda necesaria para rehacer sus vidas

   MEDELLÍN (COLOMBIA), 8 Mar. (Por Alberto López Herrero, Misiones Salesianas) -

   Colombia vive un momento histórico que ni mucho menos finalizará el próximo día 23 con la firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sino que los colombianos creen que comenzará entonces un nuevo proceso que durará varias generaciones aunque siguen apostando por la paz tras décadas de conflicto.

   La reconstrucción de las personas, el perdón, la reconciliación y la justicia tardarán en llegar, y las mujeres también tienen mucho que decir en este proceso, y lo están diciendo. No se resignan a la pobreza y a la desigualdad que vive el país y, a través de la educación, muchas han conseguido combatir con éxito los prejuicios y la explotación de todo tipo que han sufrido y acceden al mundo laboral con éxito para convertirse en protagonistas de su propia historia.

   El mejor exponente de esta resiliencia es el de las menores desmovilizadas de las guerrillas y su ejemplo de superación para ser capaces de comenzar una nueva vida dejando atrás el sufrimiento, el dolor y los traumas. Por más que se anuncie que no se reclutan más menores y que ninguno con menos de 18 años estará en el frente, todas las partes saben que no se cumple y la cifra actual continúa siendo una incógnita.

   Desde hace 50 años, la obra de los Salesianos Ciudad Don Bosco se ha convertido en un emblema de los programas de protección social y desarrollo humano y técnico de los menores y jóvenes más desfavorecidos.

   En una extensión de más de 50 hectáreas, el inmenso recinto alberga edificios para 200 menores internos, gran cantidad de naves donde se desarrollan los talleres de los 24 programas anuales de formación técnica y aulas para los más de 1.000 alumnos que atiende cada día, canchas deportivas, un auditorio, capilla, comedor...

   Ciudad Don Bosco desarrolla cada año siete programas propios de protección social en la ciudad y en zonas inaccesibles por la violencia hace años, ofreciendo a miles de jóvenes cursos completos para la inserción laboral y realizando un exhaustivo seguimiento educativo, médico, alimenticio y psicosocial.

   En la mayoría de ellos, las jóvenes tienen un papel muy importante en su desarrollo personal y profesional. Tres ejemplos de ello son los programas 'Construyendo sueños', 'Becamos' y 'Etnias'.

MENORES DESVINCULADOS DE CONFLICTOS ARMADOS

   El Centro de Atención Especializa (CAE), a través del programa 'Construyendo sueños', atiende desde hace 14 años a menores entre los 14 y los 18 años desvinculados de conflictos armados. Con una capacidad para 75 adolescentes, en la actualidad alberga a 48.

   Los Salesianos son la única institución que trabaja con los denominados niños soldado de todas la etnias en dos ciudades del país, Medellín y Cali, mientras que hay otra organización que sólo acoge a niños soldado indígenas. En la actualidad, 12 de los integrantes del CAE son chicas.

Foto: Taller de Peluquería en Ciudad Don Bosco (Alberto López / Misiones Salesianas)

   Procedentes de zonas rurales, las jóvenes fueron captadas por la guerrilla de diferentes formas: la más habitual fue que huyeron de sus casas por los abusos de todo tipo y maltratos que sufrían en sus familias, otras lo hicieron atraídas por las armas, algunas incluso seducidas por los propios guerrilleros, a quienes veían con asiduidad en las zonas rurales y, en último lugar, también hay casos de reclutamiento forzoso.

   Dependiendo del grupo armado, las menores han desempeñado diferentes roles dentro de las guerrillas: desde cocineras hasta encargadas de la radio, pasando por informantes, comandantes y hasta combatientes. En todos los casos han sufrido abusos de todo tipo, siendo común que se les hayan practicado abortos e incluso las hay que son madres ya.

LLEGAN TRAUMATIZADAS

   Rubén, uno de los educadores del CAE, asegura que "llegan al centro traumatizadas, tienen pesadillas, no se aceptan, no se ven sin el uniforme y sufren muchas crisis por los recuerdos y por no saber convivir con los chicos sin el rol de igualdad que mantenían en el grupo armado y siendo siempre objeto sexual".

   Cuando una menor llega al centro es evaluada por un equipo interdisciplinar para conocer sus necesidades, a veces hasta psiquiátricas.

   Sin embargo, los educadores mantienen una máxima: "Están aquí por su presente y por su futuro, afrontan una nueva vida y dejan atrás un pasado que no fue culpa suya y que, por tanto, no es importante para nosotros ni para el resto de niños soldado conocer, primero porque queremos que lo supere cuanto antes, y en segundo lugar porque no queremos que dé lugar a chantajes sentimentales de otros menores".

   En el CAE se les ofrece todo lo necesario para vivir, desde ropa hasta atención sanitaria y alimentación, además de educación y formación técnica en Ciudad Don Bosco.

ROL DE MUJER

   La mayor dificultad que muestran las chicas que llegan al Centro de Atención Especializa para niños soldado de los Salesianos es la adaptación cultural: “Encuentran pronto una amiga, una confidente y hasta una hermana en otras chicas aunque estuvieran en grupos militares distintos, pero los pequeños problemas de convivencia que pueden surgir siempre son por la adaptación a la diversidad cultural que hay en el centro”, comenta Katherine, una de las psicólogas del programa.

   En el centro se realiza con las chicas un trabajo diferencial para que recuperen la autoestima y el rol de mujer, la afectividad y la relación con la familia. El objetivo es que aprendan a valorarse como mujeres. “Se les permite vestir o pintarse como lo hacen las chicas de su ciudad en cualquier otro lugar”, sin embargo, “la soledad es lo que les puede producir regresiones, angustia y depresión por lo vivido, por pensar en las personas que conocieron, así que buscamos que estén ocupadas la mayor parte del tiempo y que las actividades lúdicas las enriquezcan y les permitan crecer personalmente en valores y adquirir habilidades”, explica Rubén.

Foto: Una joven del CAE, en el taller de Artes Gráficas en Ciudad Don Bosco (Alberto López / Misiones Salesianas)

   Por la mañana, todas las chicas participan en alguno de los programas de Educación Técnica y Desarrollo Humano que ofrece Ciudad Don Bosco. Algunas en peluquería, otras en artes gráficas y completan su formación con cursos cortos de nivelación académica debido a que muchas chicas “apenas llegan con lo básico de saber leer y escribir y otras, como algún caso indígena, ni tan siquiera hablan castellano al principio”, explica James Areiza, responsable de los proyectos de Protección Social de Ciudad Don Bosco.

   Tanto los psicólogos como los educadores coinciden en que todas destacan por su “resiliencia y saben que su futuro depende de lo que consigan en el centro con los recursos y la formación que les ofrece Ciudad Don Bosco. Todas son audaces, constantes y capaces de lograr grandes progresos académicos en muy poco tiempo”.

   Anualmente se celebran encuentros con las familias para que compartan un tiempo que los prepara para cuando regresen al hogar. “Es un tiempo muy valioso para recuperar la afectividad familiar, en muchos casos superar el rechazo, para perdonar”, comenta Katherine.

   Sus sueños siempre coinciden: “Tener un trabajo, volver a reunirse con su familia y formar una familia propia. Muchos, además, se convierten en líderes dentro del grupo durante los años de estancia en el centro motivando al resto a que también aprovechen la oportunidad que se les brinda y, sin duda todos tienen unas altísimas capacidades y la inmensa mayoría consigue lo que se propone con gran éxito”, finaliza Rubén.

PROGRAMA 'BECAMOS' 

   Otro de los exitosos programas dedicados a la promoción de la mujer en Ciudad Don Bosco es el programa Becamos, dirigido a mujeres jóvenes de entre 17 y 23 años que quieran continuar sus estudios y cuenten con apoyo familiar para hacerlo. El programa, que nació en el año 2000, ha acompañado en este tiempo a casi 350 jóvenes en su formación técnica y tecnológica para facilitarles acceder al mercado laboral.

   Los programas técnicos tienen una duración de 3 ó 4 semestres y los tecnológicos de 6. “El perfil es claramente proveniente de estratos de pobreza, muchas que son madres y que, aunque acabaron en el colegio no pudieron seguir estudiando”, explican los responsables del programa.

  El programa ‘Becamos’ es el único en el país que sufraga todos los gastos para las jóvenes durante su tiempo de estudios y que las acompaña posteriormente en las prácticas y en su inserción laboral con encuentros mensuales de formación humana, excursiones y actividades en familia. “Todas las jóvenes que quieren optar a él y cumplen los requisitos optan a una valoración por los especialistas pero sí es cierto que privilegiamos a las chicas provenientes del CAE y que quieren seguir estudiando”, concluyen los responsables del programa.

DESCENDIENTES DE AFRICANOS INDÍGENAS

  Por último, Ciudad Don Bosco también desarrolla un programa de convenios en carreras técnicas para jóvenes afrodescendientes e indígenas, el programa Etnias. De las 100 plazas con las que cuenta el programa, más de la mitad siempre son ocupadas por mujeres con un perfil muy coincidente: “Madres cabeza de familia, de entre 18 y 30 años, que sufren vulnerabilidad social, han sido víctimas de abusos y se desplazan desde otras regiones”.

   Medellín es la segunda ciudad de Colombia con mayor asentamiento indígena, alrededor de 240.000 personas, y a la vez con una gran rechazo social y grandes prejuicios hacia ellos por parte de los empresarios. El programa, de forma totalmente gratuita, ofrece 9 meses de formación técnica y 6 de práctica a estos grupos sociales concretos para favorecer su empleabilidad, “algo que conseguimos cada año en un 85% de los casos a través de una bolsa de empleo con más de 615 empresas y una oficina propia de mediación laboral”, destacan los responsables del proyecto.

   El lema de Ciudad Don Bosco, Un sueño que se hace realidad, se cumple cada día en las oportunidades que ofrecen a cientos de chicas jóvenes que quieren un futuro mejor para ellas y sus familias y que quieren formar parte de ese momento histórico que vive el país ayudando a construir la paz a través de su formación técnica y humana.

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