Más de 800.000 residentes de la ciudad de El Fasher corren peligro de seguir este derrotero en las próximas semanas si no entra ayuda inmediata
MADRID, 2 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Comisión para la Investigación de la Hambruna (FRC, por sus siglas en inglés) ha anunciado el estado de hambre para los más de 400.000 residentes del campo de desplazados sudanés de Zamzan, en Darfur Norte, como consecuencia de la devastadora guerra que atraviesa del país desde abril del año pasado y, concretamente, de las hostilidades en la región de Darfur y uno de sus centros históricos, la ciudad de El Fasher.
El Fasher, capital de Darfur Norte y capital histórica de Darfur, lleva siendo desde hace meses escenario de una operación de asedio de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido. La ciudad, defendida por el Ejército sudanés y las milicias del gobernador de Darfur, Minni Minawi, era hasta entonces uno de los últimos refugios para cientos de miles de personas que escapaban del conflicto que estalló en abril de 2023.
Buena parte de ellas acabó en campos de desplazados como el de Zamzam, a 12 kilómetros al sur de El Fasher y escenario ahora mismo de una situación crítica: al menos una de cada cinco personas padece, según el indicador de la FRC, validado por Naciones Unidas, "extrema falta de comida y se enfrenta a la muerte por inanición".
Además, la FRC también estima que podría existir hambruna en otros dos campamentos de desplazados internos en la región de El Fasher, como son Abu Shuk y Al Salam, "pero la limitada evidencia disponible reduce la capacidad de confirmar o negar una clasificación".
El resto de la región y sus aproximadamente 800.000 habitantes está en situación de riesgo de hambruna y todo parece indicar que se sumarán a los desplazados de Zamzam en las próximas semanas si Ejército y paramilitares no concretan inmediatamente una vía humanitaria. Es más, la Red de Sistemas de Alerta Temprana contra el Hambre, una organización dependiente del departamento de ayuda externa de Estados Unidos (USAID) avisa de un efecto dominó que podría extenderse a zonas del Gran Darfur y partes de Kordofán del Sur e incluso la capital, Jartum.
La directora del Programa Mundial de Alimentos, Cindy McCain, lamenta que, con este anuncio, "los peores temores se han hecho realidad" antes de indicar que todavía "no es demasiado tarde para impedir que la hambruna se extienda a otras partes del país".
"Para salvar vidas y evitar una hambruna generalizada en Sudán, debemos poder llegar a todas las zonas donde la gente está necesitada. El pueblo sudanés cuenta con nosotros como su salvavidas después de haber soportado penurias inimaginables desde que comenzó este conflicto", ha añadido.
La embajadora de EEUU en Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, habla directamente de un momento crítico. "Esta declaración oficial de la Comisión confirma lo que ya sabíamos: la gente se está muriendo de hambre en Sudán, y se ha estado muriendo de hambre en Sudán", ha declarado la embajadora antes de pedir una vez más a los bandos en guerra que "eliminen las barreras a la ayuda y permitan que los alimentos, el agua y los medicamentos que la población necesita desesperadamente fluyan con libertad a través de las fronteras y las líneas de conflicto".