Tienda en Bombay
REUTERS / DANISH SIDDIQUI
Actualizado: lunes, 30 octubre 2017 18:34


BOMBAY, 30 Oct. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

Varios activistas han denunciado este lunes la campaña de represión, en forma de desmantelamiento de los puestos de venta, que se está produciendo contra los vendedores ambulantes de Bombay, después de que se culpara a varios de ellos por haber provocado una estampida en una estación de tren hace un mes.

Un informe realizado tras el incidente ha concluido que la estampida tuvo lugar en hora punta en medio de una tormenta, lo que produjo la muerte de unas 22 personas. Sin embargo, dicho documento también ha señalado que parte de la culpa fue de varios vendedores que estaban apiñados en una pasarela.

Desde entonces, la Policía de la ciudad ha duplicado el importe de las multas contra los vendedores ambulantes y ha anunciado una aplicación móvil para que los ciudadanos puedan denunciar a estas personas. Además, en Bombay, las comunidades más pobres y marginadas tienen un acceso limitado a los lugares públicos.

Varios miembros de un partido político local se han enfrentado a algunos vendedores ambulantes a la salida de varias estaciones de tren, al tiempo que han asegurado que estas personas son un riesgo para los pasajeros.

Solo 20.000 de los vendedores ambulantes que hay en Bombay tienen licencia, frente a los más de 150.000 que se estima que venden en las calles sin ningún tipo de autorización. Los vendedores que no cuentan con licencia normalmente tienen que sobornar a los policías, y huir para que no desmantelen sus puestos de venta.

Salma Sheikh, representante en Bombay del grupo de apoyo a esta comunidad, Unión de Vendedores Azad, ha afirmado en declaraciones a Thomson Reuters Foundation que las autoridades "no han hecho nada por crear zonas de venta ni nuevas licencias".

"La ley establece claramente que no pueden producirse desmantelamientos de los puestos de venta hasta que no se haya realizado un informe. Sin embargo, los vendedores están siendo desalojados y sus mercancías destruidas. Esto es una violación evidente de nuestros derechos", ha denunciado.

HUIR PARA NO SER EXPULSADOS

En la mayoría de las ciudades indias, los vendedores ambulantes venden todo tipo de productos: comida, té, juguetes, ropa o zapatos. Estas personas realizan su actividad a la salida de los colegios, frente a los semáforos o en mitad de la acera.

Estos desalojos se producen cada vez con más frecuencia a medida que las áreas urbanas se van modernizando con innovaciones como Internet o trenes y metros con aire acondicionado. Además, las autoridades de la ciudad han asegurado que se está diseñando un plan para regularizar la situación de estas personas.

Un responsable municipal, Ranjit Dhakne, ha asegurado que se ha realizado un informe, al tiempo que ha anunciado que en las próximas semanas se celebrará una reunión "para decidir en un comité para emitir licencias y crear zonas para la venta".

En 2014, India aprobó una ley de vendedores callejeros que les protege de los desalojos y de los traslados a otras zonas. El Gobierno indio instó a todos los estados del país a adoptar esta medida, pero solo unos pocos la han hecho efectiva.

Según un académico especialista en la materia, la vida callejera, medio de subsistencia para las personas pobres, se está viendo cada vez más como un problema y las autoridades ignoran el aparcamiento ilegal y la expansión de las tiendas por las aceras.

Hussain Indorewala, miembro del Instituto de Arquitectura Kamla Raheja Vidyanidhi de Bombay, ha declarado que "es una paradoja que las personas que se benefician de los servicios de los vendedores ambulantes sean las mismas que quieren que se les traslade".

Indorewala ha concluido que las decisiones acerca de "a quién pertenece la ciudad" y sobre cómo deben utilizarse las calles o las aceras son una cuestión que cada vez más se controla a través de un "privilegio de la propiedad".

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