Entreculturas defiende que además de reconstruir las casas hay que dar esperanza y un futuro a los afectados
MADRID, 3 Abr. (Por Isabel Menchero, del Departamento de Cooperación de Entreculturas) -
El 8 de noviembre de 2013 amaneció un día soleado en Tacloban, Filipinas. Los medios de comunicación anunciaban desde días antes la llegada del tifón 'Haiyan' (Yolanda para los filipinos). Se tomaron ciertas medidas; clases suspendidas y algunas poblaciones evacuadas, pero hacía tiempo que tifones de esta magnitud no pasaban por Tacloban. La población, en su imaginario, no advirtió de la magnitud del riesgo al que estaban expuestos.
El tifón 'Yolanda' aterrizó en la zona de Tacloban, en las Visayas Orientales, llevándose con su fuerza la vida de más de 6.300 personas y destruyendo todo lo que encontraba a su paso, devastando la región.
Hoy, además del recuerdo de aquel día en el que el sol se volvió gris, quedan las historias de las personas que sobrevivieron. Como la de un hombre que llora cuando recuerda que agarraba a su hijo cuando llegó la ola, pero la fuerza de ésta se lo llevó y no lo volvió a ver.
Foto: Pedro Walpole SJ / Entreculturas
Estas son las historias de muchas personas en la zona de Tacloban.
El mundo entero se conmocionó y pronto empezó a llegar ayuda de emergencia. Los primeros en movilizarse fueron la propia comunidad filipina, después llegó la ayuda de emergencia de organismos internacionales y de organizaciones no gubernamentales. Gracias a la ayuda nacional e internacional se atendió a muchas personas y se garantizó sus necesidades básicas.
INJUSTICIA SOCIAL
Meses después de la emergencia, comienza lo más complejo, la reconstrucción. La realidad del tifón 'Yolanda', al igual que otros desastres naturales (pienso en Haití), es que desnuda y pone de manifiesto la realidad de la injusticia social que causa la pobreza y la vulnerabilidad ante estas situaciones.
Después del tifón la población vuelve a reconstruir, pero la mayoría en los mismos lugares, en los únicos donde tienen acceso a la tierra y donde tienen acceso a un medio de subsistencia, la pesca; así que de nuevo se exponen a que cuando comience la temporada de tifones (en Filipinas cada año hay alrededor de 25) sus casas, si no sus vidas, estén expuestas a revivir lo vivido.
Alrededor del 63 por ciento de la población de Samar, una de las poblaciones más afectadas, vivía ya en la pobreza antes del tifón 'Yolanda'. En su mayoría son familias de pescadores, con pocos recursos, viven sobre hileras de casas construidas sobre el agua, y la pesca, es su principal y a veces el único medio de vida.
Foto: Reuters
NO QUIEREN ABANDONAR LA ZONA
El riesgo de sufrir futuros desastres ante los que estas familias están expuestas es enorme, sin embargo, para la mayoría, abandonar la zona donde viven no es una opción. De fondo está la falta de acceso y propiedad de tierra, así como la falta de alternativas para generar ingresos.
El objetivo de muchas organizaciones en el proceso de reconstrucción es reubicar a estas familias en lugares seguros y construir casas más resistentes. Sin embargo, esto no es suficiente, se requiere dar alternativas a su medio de subsistencia.
La semana pasada viajé a Filipinas, ya que Entreculturas junto con la Red Xavier está poniendo en marcha un proyecto que además de garantizar la reubicación y construcción de hogares en zonas más seguras para 200 familias, plantea el desarrollo de capacidades y la educación como medio para el avance de alternativas a la pesca, así como la sensibilización sobre prevención de riesgos y la protección del medioambiente.
Foto: Reuters
La gente vuelve a reconstruir en la costa, hileras de casas se extienden sobre el mar y la idea es, dentro del proyecto, reubicar a estas comunidades y construir casas más seguras y resistentes.
Pero como todo, uno piensa que la cosa es bien fácil, construir unas 200 casas, sin embargo, convencer a 200 familias acostumbradas a vivir en la costa y vivir de la pesca de reubicarse más al interior, aunque sea a menos de 1km, no es fácil, es un cambio de vida y de costumbres.
El lema escogido por el Gobierno y las instituciones en Filipinas para el proceso de reconstrucción es "Building back better and safer", que significa construir mejor y más seguro. Y en eso estamos.
Pero construir mejor no es sólo construir casas, es además construir esperanza, futuro y una educación capaz de transformar las vidas de estas personas. Las casas se vuelven a reconstruir, pero todavía queda en sus memorias ese soleado día que se volvió gris.