Un artificiero realiza tareas de desminado en el Kurdistán iraquí
IRIN
Actualizado: lunes, 6 febrero 2017 17:13


GINEBRA, 6 Feb. (Reuters/EP) -

El desminado y retirado de explosivos y bombas trampas que deja el Estado Islámico en las zonas de Mosul recuperadas por las fuerzas gubernamentales podría costar unos 50 millones de dólares, según estimaciones del Servicio de Acción sobre Minas de la ONU (UNMAS, por sus siglas en inglés).

El propio UNMAS había estimado en 50 millones de dólares el dinero necesario para retirar minas y explosivos del total del territorio iraquí durante 2017, pero la situación en Mosul ha provocado que se duplique este presupuesto.

"Dada la contaminación de Mosul, necesitaremos 50 millones de dólares para esta ciudad y 50 millones más para el resto del país", ha explicado el jefe de la sección de Planificación y Gestión del programa del UNMAS para Irak, Paul Heslop, en declaraciones a Reuters.

"La limpieza de artefactos explosivos improvisados es mucho más peligrosa que la de los campos de minas. Necesitas más cualificación técnica y un material específico. Y es más lento. A medida que las zonas son liberadas nos hacemos una idea más exacta del nivel de contaminación", ha explicado.

Ya han pasado tres meses desde el inicio de la ofensiva de las fuerzas progubernamentales sobre Mosul, la segunda ciudad iraquí por población hasta que fue tomada por el Estado Islámico en 2014. Los yihadistas han sido ya expulsados de la mitad oriental de la ciudad.

"Irak necesitaría una operación parecida a la de Afganistán, que tuvo 15.000 personas trabajando en ella en su apogeo, hace cinco años. Podrías desplegar 5.000 personas en Irak y su trabajo se aprovecharía", ha apostillado Heslop, veterano del desminado en países como Afganistán o Angola.

Desde 2015, el UNMAS ha limpiado 390 ubicaciones prioritarias en Faluya y Ramadi, en la provincia de Anbar, donde retiró más de 2.600 artefactos explosivos en zonas que estuvieron bajo control del Estado Islámico.

La directora de la UNMAS, Agnes Marcaillou, ha destacado que el desminado es una inversión para la estabilidad, ya que permite a la gente regresar a sus hogares y cultivar las tierras descontaminadas. También es "una inversión en jóvenes en riesgo", ha argumentado. "Les damos un empleo y es menos probable que busquen reconocimiento e ingresos en las organizaciones terroristas", ha apostillado.

Mientras, en Siria, se estima que más de 6,3 millones de personas --incluidos 2 millones de menores-- viven en zonas consideradas de alta contaminación por minas resultado de casi seis años de conflicto armado. El UNMAS está negociando ya con el Gobierno sirio su intervención y es "bastante optimista" sobre la creación de una oficina de la organización en Damasco este mismo año, según Marcaillou.

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