MADRID, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
Uno de cada dos niños menores de cinco años sufre desnutrición crónica en Guatemala, en gran medida por las consecuencias de la "emergencia climática" en que vive sumido el país centroamericano, ha alertado la ONG Oxfam Intermón, que ha llamado a tomar medidas cuanto antes.
Casi la mitad de la infancia padece desnutrición crónica y el dato se dispara hasta el entorno del 70 por ciento en el Corredor Seco, una zona semiárida que se extiende por varios países de Centroamérica. En esta zona, especialmente vulnerable, la tasa ha aumentado un 6,9 por ciento en los últimos cuatro años, según la organización.
Los cambios en los patrones de lluvias detectados desde 2015 han provocado pérdidas superiores al 80 por ciento en las cosechas, lo que ha dejado en situación de vulnerabilidad alimentaria a más de 1,3 millones de personas. A día de hoy, Guatemala ya ostenta la tasa de desnutrición crónica más alta de América Latina y el Caribe y la sexta mayor a nivel mundial.
"Para mí la desnutrición significa que uno se va a morir. Porque cuando le dicen a una que su niño está desnutrido, es que está en riesgo", cuenta Silveria Perez, que a sus 28 años tiene cuatro hijos, uno de ellos afectado de desnutrición.
La familia vive en una comunidad de Chiquimula, en el Corredor Seco, y a falta de frijoles solo come tortilla de máiz con sal. "Lo que gana mi marido no es suficiente porque él tiene que comprarse la comida y pagarse los gastos mientras está en México trabajando. Cuando trae aquí ya es una poquitera", explica a Oxfam.
TOMAR MEDIDAS
La organización, que cuenta con programas de ayuda humanitaria en Guatemala desde 2012, ha recordado que el año pasado 137 niñas y niños murieron por desnutrición aguda en Guatemala. El propio Ministerio de Salud reconoce 13.591 menores afectados, pero Oxfam estima que serían unos 50.000 en total.
Por este motivo, ha llamado a tomar medidas, ya que como ha recordado el responsable del Programa Humanitario de Oxfam en Guatemala, Ivan Aguilar, "el cambio climático afecta desproporcionadamente a las personas en situaciones vulnerables y amenaza sus derechos". Ahora, ha advertido, "es más difícil cultivar alimentos frente a la falta de lluvias y las sequías más intensas".
"Vivimos una emergencia alimentaria permanente y no se prioriza lo importante: se hace más gasto militar que inversión en gasto social para combatir el hambre", ha lamentado Aguilar, al recordar que, mientras el Ministerio de Defensa cuenta con un presupuesto de más de 332 millones de euros, el Estado solo prevé gastar este año 183 millones en prevenir la desnutrición crónica.
Oxfam calcula que el Gobierno tendría que incrementar la inversión al menos a 1,3 euros por niño al día para aplicar los servicios mínimos necesarios, así como propiciar las condiciones para superar la pobreza extrema en la que viven sumidos 3,5 millones de personas.