MADRID 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
La cifra de adolescentes y mujeres adultas embarazadas y lactantes que sufren desnutrición aguda ha aumentado un 25 por ciento en los países más afectados por la actual crisis alimentaria global, según un nuevo estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que alerta del riesgo tanto para las madres como para los recién nacidos.
El informe 'Desnutridas y olvidadas: una crisis mundial de la nutrición de las adolescentes y las mujeres' pone el foco en Afganistán, Burkina Faso, Chad, Etiopía, Kenia, Malí, Níger, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Sudán y Yemen, considerados por UNICEF el epicentro de una crisis a escala global en la que ha influido en el último año el estallido de la guerra en Ucrania.
Los expertos concluyen que más de 1.000 millones de niñas adolescentes y mujeres sufren desnutrición, deficiencias de micronutrientes esenciales y anemia, lo que implica repercusiones de por vida. En el caso de las embarazadas, una nutrición deficiente aumenta el riesgo en el embarazo y el parto, con riesgos colaterales también en materia de crecimiento y aprendizaje.
La ONU estima que 51 millones de niños y niñas menores de dos años sufren retraso en el crecimiento. En la mitad de los casos, este lastre deriva de la gestación o de los primeros seis meses de vidas, cuando depende básicamente de la leche materna.
Por regiones, la zona meridional de Asia y el África Subsahariana concentran a dos de cada tres mujeres con bajo peso y tres de cada cinco con anemia.
UNA ACCIÓN "URGENTE"
El hambre evidencia un sesgo de género que, además, va en aumento: en 2021 había 126 millones más de mujeres que de hombres en situación de inseguridad alimentaria, lo que ampliaba por tanto la diferencia de 49 millones existente en 2019.
La directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, ha advertido de que "cuando una niña o una mujer no reciben una nutrición adecuada, se perpetúa la desigualdad de género" y, para atender tanto a estas personas como a sus bebés ha reclamado "voluntad política".
Así, ha subrayado que "no hay tiempo que perder" para abordar la desnutrición de adolescentes y mujeres adultas para prevenir la desnutrición infantil. Sin una "acción urgente de la comunidad internacional", ha advertido, "las consecuencias podrían durar varias generaciones".
El estudio lanza una batería de recomendaciones entre las que figuran priorizar el acceso de las mujeres a la alimentación, mejorar el acceso a gran escala de los alimentos de consumo habitual, un acceso gratuito a servicios de nutrición esenciales en el embarazo y la lactancia y eliminar normas sociales discriminatorias como son el matrimonio infantil, entre otras medidas.